Serán, a falta de nuevas noticias económicas que inclinen la balanza a favor de una u otra tesis, los ejes del juego político hasta al menos el próximo mayo, mes de elecciones municipales.
Después de tres años en los que cada noticia económica hundía más al partido del gobierno, 2011 -defendió Moreno- será un año "en positivo". "Todos los que han disfrutado desde 2008 con cada mal dato lo van a sufrir a partir de ahora porque la recuperación a la que tanto temen se va a producir", le espetó al PP.
Los socialistas quieren poner fin a una etapa de conmoción interna, inestabilidad política y profundos cambios en el Gobierno. "Griñán es un gran presidente, tiene un enorme liderazgo", reivindicó Moreno. Lo dijo la número dos en un discurso que había preparado concienzudamente el Ejecutivo con un objetivo: tomar oxígeno.
"Si no nos enfrentamos a nuevos derrumbes financieros, los próximos meses son clave", avisó la consejera de la Presidencia. Habló de la crisis en pretérito ("ha hecho daño a muchas familias", dijo) y de "recuperación" en presente. Se aferró a los datos de crecimiento económico o comercio exterior para sostener su optimismo, aunque no ocultó que los 877.000 parados andaluces son ahora "el gran desvelo", sobre todo los jóvenes. Y si algo sonó especialmente novedoso en su intervención fue el mensaje a las clases medias. De ellas dependerán las próximas citas electorales. La estrategia del PP pasa por denunciar importantes "recortes" en políticas sociales para descapitalizar al PSOE de la que hasta ahora ha sido una de sus grandes fortalezas en Andalucía: su apuesta social. Frente a eso, el Gobierno se erigió en "escudo protector" de esos programas sociales en este periodo difícil y reivindicó "la importancia de lo público para la gran clase media andaluza". Moreno quiso mover a una reflexión: en Andalucía, defendió, se puede ir al colegio, a la universidad o al hospital sin que la opción privada sea competencia. Y se puede tener acceso a instalaciones deportivas o a una programación cultural que si fuesen privadas estarían fuera del alcance de muchos ciudadanos.
Enfrente, el portavoz del PP-A, Antonio Sanz, no hizo ni una sola concesión a la posibilidad de que la crisis remonte. Habló de una "situación de emergencia social" y lamentó que "el lujo del Palacio de San Telmo" impida al Gobierno ver la realidad socioeconómica "verdadera". "Ni una sola ley, ni una sola reforma, vienen con las manos vacías", lamentó Sanz en una intervención sin tregua, especialmente incisiva contra Griñán -"No tenemos un presidente, tenemos un delegado del Gobierno"- y durante la que lamentó que el Ejecutivo andaluz llegue a "contar nuevos brotes verdes, esos que sólo están en el Palacio de San Telmo". El Gobierno no pasó por alto la rehabilitación de la sede oficial del Gobierno y frente a las acusaciones de derroche o "gustos de nuevos ricos" del PP, Moreno soltó una andanada: "Por mucho que manipulen no van a convencer a la gente con sentido común. Tras 20 años de la Presidencia de la Junta en San Telmo ¿cuál es la novedad, que se ha rehabilitado un edificio?. Le niegan a Andalucía dignidad institucional".
Desde IU José Manuel Mariscal lamentó la "complacencia", recordó que Andalucía tiene "un 35% de pobres" y reivindicó proyectos en el cajón como la ley de inclusión social o la andaluza de dependencia. "Desde que Griñán gobierna hay un parado nuevo cada dos minutos", denunció.
Hoy le toca a los primeros espadas convencer.
