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"La Justicia es lenta y si los echan, vuelven"

A un promotor le ocupan tres casas ilegalmente.

el 22 nov 2010 / 11:35 h.

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Miguel Rodríguez está desesperado y ya no sabe qué hacer para frenar la ocupación ilegal de sus casas. Este promotor inmobiliario tiene varios edificios en Nervión, en el mismísimo centro del viejo barrio, y ya tres de ellas han sido ocupadas. Tres casas en casi una misma manzana: en las calles Goya 30; Cristo de la Sed 8 y Beatriz de Suavia 62, un edificio que tiene por vecino a otro, el número 60, también habitado por personas que no son sus propietarios.

Rodríguez denunció la ocupación de la casa de la calle Goya hace más de un año, según comenta, pero el juicio se aplazó y aún está a la espera de que se resuelva la situación y pueda, por fin, disponer de una casa para la que ya tiene planes.

"Con la crisis todo está peor, pero dentro de mis casas no hay familias desahuciadas, sólo personas que se dedican al trapicheo. La ocupación no es fruto de la crisis, del desempleo de un padre de familia, sino de la caradura de personas que roban y destrozan. Son quinquis".

"Me han robado de todo. En la calle Goya había una chimenea preciosa y la desmontaron y se la llevaron, al igual que el pasamanos de la escalera y las ventanas y rejas. Era un casa preciosa que logré cambiándosela a la viuda por un piso en Marqués de Nervión. Al principio ella entraba en la casa mucho y tenía allí perros, pero cuando la casa se quedó sola entraron. Es una pena porque estaba nueva", lamenta Miguel, quien explica que hasta llegó a soldar las puertas para que no entrara nadie. "Llegaron con una Rotaflex, rompieron y entraron. No hay nada que hacer. Yo ya estoy harto", asegura con rabia.

Tras preguntarse qué puede hacer, reconoce que ya no confía ni en la Justicia: "Denuncié ante la policía la ocupación de la casa, les dije quiénes eran y los pillaron fuera, pero, aunque parezca de risa, salieron de la comisaría antes que yo", explica.

Y es que Miguel Rodríguez ha tenido varias experiencias bastante negativas, como la de tener que enfrentarse a toda la familia de uno de los okupas a las puertas del juzgado. "Te juegas el pellejo porque te los encuentras de frente y son mala gente. Te pueden dar una puñalada. Así que yo no denuncio más. No me la juego".

Esa es la razón por la que este promotor inmobiliario (que además vive muy cerca de sus casas) no ha denunciado la ocupación ilegal de otros dos edificios. Asegura que lo hará cuando tenga planes o compradores para ellas. No quiere más idas y venidas al juzgado, "cuando ellos nunca se presentan", no quiere más "amenazas" ni malos tragos. Todo porque "la justicia es lenta, muy lenta. Horrible. Si los hechas, vuelven... y échale guindas al pavo", ironiza. Rodríguez incluso señala que hace tres meses dos okupas protagonizaron una pelea en su casa de Beatriz de Suabia.

En Nervión, los vecinos no han crédito: "Da miedo. Llegan una noche, rompen lo que haya que romper y se meten. Y ya no hay quien los eche", lamenta Carmen, testigo de la pelea entre dos okupas en Beatriz de Suabia. A su juicio, no es de recibo que cualquiera pueda entrar en una casa "por muy abandonada que esté", ya que "frenan los proyectos de los propietarios y generan inseguridad".

Elena, vecina también de la zona, asegura que estas acciones "de gentuza" desprestigian al movimiento okupa, "que tiene como signo de identidad el dar uso a casas vacías, pero respetando el inmueble e incluso fomentando actividades sociales y culturales". En su opinión, los casos que se están dando en Nervión no se pueden comparar con los del Huerto del Rey Moro o Casas Viejas. "No son gente del movimiento okupa, sino delincuentes".

En cambio, otra vecina, que se negó a dar su nombre, asegura que "jamás" tuvo problema con los okupas que viven cerca de su piso. "Nunca nos molestaron y si la casa está vacía, pues me parece bien que la habiten, siempre que la respeten y sean como cualquier vecino".

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