El Consejo de Ministros acordó el viernes abandonar el límite de velocidad de 110 kilómetros por hora en autopistas y autovías, y a partir del 1 de julio la velocidad máxima en este tipo de carreteras vuelve a colocarse en 120 kilómetros por hora.
La medida llega tras cierta relajación en el precio del petróleo y justo a las puertas de las vacaciones de verano, para las que el medio de transporte preferido en España es el automóvil. Es además una de las pocas medidas en las que el Gobierno, embarcado en una espiral de restricciones , ha abierto la mano con unas elecciones generales previstas como muy tarde en nueve meses.
Así lo anunció en la rueda de prensa posterior al consejo el vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien cifró en 450 millones de euros el ahorro logrado durante la limitación de la velocidad a110 por hora. Rubalcaba, candidato además a las elecciones generales , justificó que las circunstancias “han cambiado”, ya que los estudios que maneja el Gobierno apuntan a que el precio del petróleo seguirá bajando, y lo “razonable” es volver a poder pisar el acelerador hasta los 120 kilómetros por hora.
El vicepresidente primero hizo hincapié en que el límite de 110 kilómetros por hora fue una medida “transitoria”, que se aplicó por los altos precios del crudo, que rondaban los 115 dólares por barril, en el marco de un plan con muchas otras iniciativas de ahorro energético. Comenzó a aplicarse el 7 de marzo, al inicio de la guerra de Libia, cuando se cortó todo el suministro del país norteafricano a Europa.“Entonces dijimos que existían previsiones de inestabilidad sobre el mercado petrolero”, prosiguió Rubalcaba, quien apuntó que las estas previsiones se cumplieron y el barril de petróleo llegó a 127 dólares. “Hoy está a 106 dólares y todas las previsiones futuras apuntan a que va a seguir bajando”, añadió el ministro.
Rubalcaba expresó su agradecimiento a los ciudadanos por su contribución al funcionamiento de la medida, que, según los cálculos de Industria, ha generado un ahorro de 450 millones de euros, “una cifra significativa”, a su juicio. El portavoz del Gobierno contrapuso esta suma de 450 millones con los 230.000 euros que costó modificar las señales de tráfico. “El balance final es de 449,7 millones [de ahorro]”, señaló.
En su opinión, con esta iniciativa se ha generado otro debate, del que se desprende que circular a 110 kilómetros por hora en lugar de “correr” es “más seguro, más barato y contamina menos”. “Mi impresión es que los españoles van a correr un poco menos. Desde Interior se lo vamos a recordar continuamente, utilizando los paneles luminosos”, anunció.
Rubalcaba desvinculó la aplicación de esta medida de la evolución de la siniestralidad, que, según recordó, ya venía bajando en meses anteriores y ha disminuido durante los últimos ocho años.
La vuelta al límite de 120 tuvo contestación inmediata. Por un lado, las asociaciones de automovilistas, que la aplauden... e incluso se atreven a pedir los 130 por hora. Por otro, los ecologistas y las asociaciones de víctimas de accidentes, que creen que la vuelta a la velocidad compromete el ahorro y la reducción de la siniestralidad.
Entre los primeros la portavoz del Comisariado Europeo del Automóvil (CEA), Lorena Martín, abogó por enseñar a los conductores a conducir de forma ecológica, pero no a prohibirles que corran. Entre los segundos, el presidente de la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes DIA, Francisco Canes, dijo que se ha “perdido una oportunidad de profundizar en este tipo de políticas y ver el calado que tienen en la mejora de la seguridad vial”.
