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La lluvia anega parte de La Algaba y pone a Écija en estado de alerta por el río Genil

Hay carreteras,  gasolineras y parte de la campiña anegadas en este municipio de la Vega. Pero no es el único que mira al cielo: el río Genil viene crecido por Écija y hasta ocho carreteras han sido cortadas al tráfico por el temido temporal. 

el 16 feb 2010 / 12:33 h.

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Dos jóvenes contemplan cómo el desembalse del Gergal.

El temporal sigue sin dar tregua y ahoga a la provincia de Sevilla, que de lo único que se puede alegrar es de que tiene sus embalses al tope de su capacidad. Las lluvias no sólo cortaron carreteras y anegaron viviendas sino que dejaron bajo más de 20 centímetros de agua a una parte de La Algaba. Y a punto estuvo de pasar algo similar en Écija, que permaneció una vez más en alerta ante el riesgo de desbordamiento del río Genil. Tampoco escaparon de las inclemencias la capital, el Aljarafe y las sierras. Como prueba, un botón: en Cazalla de la Sierra, donde hace apenas cuatro días disfrutaban de la nieve, cayeron 82 litros por metro cuadrado en apenas 12 horas.

Pero sin duda, el epicentro de las incidencias se situó, como ya ocurrió el 31 de diciembre, en La Algaba. Los campos de cultivos, el nuevo cementerio, la gasolinera, alguna vivienda y la carretera A-8079, que conecta este pueblo con la autovía de la Plata, quedaron anegadas por el penúltimo arreón del temporal. Las fuertes lluvias y el desembalse del Gergal -que ayer tarde estaba al 111% de su capacidad- fueron la causa de que se desbordara el Rivera del Huelva.

El alcalde, Marcos Agüera (PSOE), indicó que, por fortuna, fueron avisados a tiempo de este riesgo y pudieron actuar: se cortó la carretera desde primera hora del día y se trasladaron animales y enseres a otros enclaves locales, como la plaza de toros. "Ya nos avisaron con tiempo de que el embalse de Gergal estaba al límite y hacía falta soltar agua", señaló, no sin antes avisar de que pedirán indemnizaciones por los daños causados en los cultivos.

En declaraciones a Europa Press Televisión, Domingo Marques, un  vecino de la zona, relató que esta zona siempre se inunda cuando "llueve mucho" porque cuando se abre el pantano de Gergal y se desembalsa agua "no tiene salida directa a la ribera del Guadalquivir", lo que provoca la inundación en toda la comarca. En este sentido, este vecino apuntó que "en 60 años no se  conocen tres meses de tanta agua" como los que acumula La Algaba desde el pasado otoño y lo que llevan de este invierno.

Las lluvias y  las posteriores inundaciones provocaron la alerta entre los  ganadores y las agricultores. Por eso, los propietarios de algunas explotaciones ganaderas trasladaron a los animales para protegerlos de las inundaciones. Según relató Francisco, un hombre dedicado a la  ganadería, él decidió trasladar a los animales a la plaza de toros de  la localidad, pues su casa "se llena hasta arriba de agua cuando  llueve tanto".

Toda Écija atenta al río Genil

Mientras, en Écija, las miradas estaban puestas en el río Genil. Las lluvias pusieron en estado de prealerta, sobre todo a la pedanía de Isla del Vicario, primer lugar que se inunda cuando el río viene crecido. El nivel del Genil no paró de subir y estuvo a centímetros de superar la cota de 5,5 metros marcada como límite. En la pedanía, el límite está en 4,7 metros -que fue superado ayer-. Sin embargo, y aunque los bomberos acudieron a la pedanía, no vieron oportuna la evacuación, algo que sí hicieron, aunque de manera parcial, en diciembre.

Pero no fueron las únicas incidencias. Las precipitaciones trajeron el ya habitual corte de carreteras y líneas férreas. El servicio por tren Mérida-Los Rosales se vio afectado tres horas por el desguarnecido del balasto de la vía entre Guadalcanal y Cazalla de la Sierra. Además, se fijaron condiciones especiales en el paso de trenes por Lora del Río por acumulación de agua. Igualmente, se cortaron ocho carreteras de la provincia que conectan con Alcolea del Río (SE-4104), Aznalcóllar (SE-4400), Gerena (SE-3410), Huévar (A-8064), Lebrija (SE-6300), Osuna (A-378), Salteras (A-8079) y El Rubio (SE-9204). También hubo balsas de agua en la capital, especialmente en la calles Gaviota -cercana a la avenida de Andalucía-, Mejillón -en San Jerónimo- y Senserina -en Sevilla Este-, además de la avenida Montesierra, que además sufrió problemas por socavones.  

La única buena noticia fueron los embalses, donde ayer cayeron 60 litros por metro cuadrado y están al 96% de capacidad, según Emasesa. Hasta el pantano de Melonares estaba al 77%, su mejor cifra desde que inició el proceso de llenado. Y eso que todavía no está operativo. 

Tranquilidad con el río Guadalquivir

Las lluvias también se dejaron notar en el Guadalquivir, donde el nivel del río en la capital alcanzó una cota de 3,60 metros de altura. El muro de contención del río llega a los 12 metros por lo que el riesgo de inundación es improbable, según explicó la Agencia Andaluza del Agua.

En líneas generales, el caudal del río en Sevilla alcanza los 1.600 metros cúbicos por segundo, mientras que hace apenas una semana, cuando las precipitaciones fueron más débiles, se situaba en torno a los 200 y 400 metros cúbicos por segundo. Cuando las lluvias arreciaron más fuerte, a mediados de enero, el caudal alcanzó 1.800 metros cúbicos por segundo, aún por debajo de la mitad del nivel de riesgo. Es decir, un caudal alto pero dentro de los parámetros adecuados a las condiciones meteorológicas actuales.

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