Dos años después, la Macarena volverá a pasearse por las estrecheces de la calle Amargura y por el mercado de la Feria. Será la única variación que experimentará el recorrido de la corporación de San Gil, que este año adelanta su salida en 45 minutos para evitar los retrasos de la última Madrugá.
Tal y como ya ocurriera en la Semana Santa de 2007, el Señor de la Sentencia y la Virgen de la Esperanza transitarán de regreso a la Basílica por la angosta calle Amargura, enclavada a la espaldas del mercado de la calle Feria, entre la plaza Caderón de la Barca y la calle Relator. Será la única variación que experimentará el itinerario de la corporación de San Gil, que anteanoche decidió en cabildo de oficiales su recorrido para la Semana Santa de 2009, la última en el gobierno de la hermandad de la junta que preside Juan Ruiz Cárdenas.
De esta forma, a diferencia del año pasado, los nazarenos de San Gil, a partir de la capilla de Monte-Sión, transitarán por Feria y doblarán a la derecha, una vez pasado el mercado, para discurrir por el lateral de la plaza de abastos y enfilar las estrecheces de la calle Amargura. A partir de ahí, la comitiva discurrirá por Relator, Parras, Escoberos, Fray Luis Sotelo, Resolana, Arco de la Macarena y Bécquer, antes de hacer su entrada en la Basílica.
La hermandad, no obstante, elevará un informe al Consejo de Cofradías para solicitar el arreglo del pavimento de la calle Amargura, cuyo firme se encuentra "muy irregular" por las "numerosas obras" que se han acometido en la zona y la entrada continua de camiones, según confirmó el diputado mayor de gobierno de la cofradía, César Gutiérrez.
De otro lado, la cofradía de San Gil se verá obligada a realizar este año un enorme esfuerzo para organizar su cortejo, toda vez que, debido a las obras de ampliación del museo macareno, una buena parte de las dependencias anexas a la Basílica se hallan inutilizadas.
Ya desde hace algunos años una buena parte de la cofradía se organiza a cielo abierto en la plaza de San Gil, a la espalda de la Basílica, una solución que este año se torna insuficiente y que obliga a la hermandad a recurrir a medidas extraordinarias para ganar espacios donde formar su nutrido cuerpo de nazarenos.
Entre costaleros, músicos y nazarenos, el cortejo de la hermandad de la Macarena se acerca cada año a las 3.000 personas. Según relata el diputado mayor de gobierno, este año serán ocho tramos del paso de Virgen -hasta el año pasado eran seis- los que formarán entre la plazuela de San Gil y el recodo lateral de la parroquia, "donde hay un callejón que conecta con la calle Escoberos", aclara César Gutiérrez
Para dar cobertura a esta ingente cantidad de hermanos, se acotará la plazuela de San Gil y se instalarán cuatro waters químicos, ya que dos de los aseos que había en la zona del museo de la hermandad también han quedado inutilizados a consecuencia de las obras. Además de la instalación de waters químicos, también se colocarán en la zona dispensadores de agua para saciar la sed de los hermanos mientras se organiza la salida de la cofradía macarena.
