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La moda también llega al Islam

El ‘burkini’ es el último grito en Egipto, donde también hay escuelas de modelos veladas.

el 14 ago 2010 / 20:46 h.

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Maquillaje, fotografías, desfiles de ropa y de trajes de baño han invadido el mundo árabe y, en particular, Egipto. Una de sus artífices es la modelo velada Yasmin Mohsen, quien introdujo el pañuelo islámico en este sector: "Cada vez hay más chicas veladas en Egipto y en la región árabe y por eso alguien las tiene que representar en el mundo de la mo- da". Mohsen comenzó a explotar este campo hace siete años cuando decidió ponerse el hiyab -es un pañuelo que las mujeres musulmanas utilizan para cubrir sus cabellos y, a veces, su cuello-.

Para Mohsen, de 26 años, fue muy difícil al principio convencer a un público egipcio bastante conservador y religioso de que una chica velada podía trabajar como modelo. "Muchos decían que el hiyab, que debe ser modesto, se contradice con el trabajo de las modelos, que siempre se maquillan y salen en las revistas", señaló Mohsen, conocida por ser la primera modelo velada egipcia.

En el mundo de la moda, los organizadores de los desfiles tampoco querían hacer hueco al velo, ya que la figura de la modelo con hiyab no encajaba en las pasarelas. La insistencia de esta joven y su deseo de ser "modelo y presentadora de televisión velada y famosa" le llevó a las pasarelas, a pesar de la oposición de una parte de la sociedad egipcia.

Yasmin Mohsen empezó su carrera apareciendo con su hiyab en varios anuncios comerciales y trabajando como presentadora de programas sociales en varios canales internacionales jordanos, emiratíes e iraquíes. Sin embargo, no ha podido presentar programas en la televisión egipcia, uno de los pocos ámbitos que muestra reservas a la hora de contratar veladas, a pesar de la rápida extensión de esta vestimenta islámica en los últimos años.

Ahora Mohsen, también maquilladora y diseñadora de velos, tiene una escuela en la que enseña a decenas de chicas que llevan hiyab cómo hacerse modelos para desfiles de moda islámica, en los que no se ve nada el pelo de las modelos. En los cursos, cuya duración es de un mes y medio, las alumnas aprenden a caminar en las pasarelas, a posar ante las cámaras y a hablar con los medios de comunicación.

Las jóvenes pueden matricularse en las clases sólo después de inscribirse en la Asociación de Sólo Modelos Veladas, creada por Mohsen en la red social Facebook . Para formar parte de esta asociación, con 2.227 inscritas, hay que medir como mínimo 171 centímetros de altura y pesar como máximo 57 kilogramos. Este grupo virtual intenta animar a las chicas que llevan hiyab a trabajar como modelos manteniéndolas informadas de los cursos de maquillaje, de moda y de tendencias en velos que periódicamente ofrece la escuela.

Además, se organizan concursos por internet para elegir a la Miss Velada del año y el estilo de velo más moderno. Los premios, simbólicos, pueden ser un pañuelo de moda o un burkini, bañador de cuerpo entero, que es el último grito en las playas y las piscinas egipcias. Éste sólo deja al descubierto parte de la cara, las manos y los pies.

Según Nevine, otra mujer velada que opta por la moda y que vende estos bañadores en su tienda situada en un centro comercial de El Cairo, la mayoría de su público está formado por mujeres con hiyab, que se detienen en el escaparate de la tienda, entran y salen, ojean el género o se acercan a los probadores. "Aunque tenemos bañadores normales, vendemos muchos más islámicos", asegura esta mujer. El burkini está destinado a "las veladas, que tienen prohibido mostrar su cuerpo en público, pero que no desean renunciar a bañarse en la piscina o en la playa", subraya.

La versión musulmana del bañador femenino está formada por una maya de cuerpo entero, similar a las de neopreno que usan los buceadores, sobre la que se coloca una túnica sin mangas y de hechura suelta, además de una capucha que cubre la cabeza y el cuello. Este bañador está elaborado con lycra, "un material resistente al agua al que se le añade un poco de algodón para que se seque rápidamente", y se vende en diferentes tonos, aunque el marrón es el que más gusta este verano. El burkini triunfa en el mundo árabe, en Europa y EEUU, impulsado por los emigrantes y "por aquellas personas recatadas de todos los credos", explica Ashma, director de una compañía que vende a través de internet bañadores confeccionados en Turquía. "Las ventas están aumentando pero es un mercado todavía pequeño con mucha competencia", subraya Ashma, que insiste en que, además de por motivos religiosos, las mujeres lo utilizan para protegerse del sol u ocultar el sobrepeso. Su precio oscila entre los 28 y 62 euros.

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