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La muerte ya no es lo que era antaño

Tengo que confesar que esta vida me gusta cada día menos, pero como no me fío de la que viene después, descarto la idea de colgarme de un olivo gordal. Digo esto porque de un tiempo a esta parte se están muriendo seres queridos por mí y ni me entero.

el 16 sep 2009 / 02:23 h.

Tengo que confesar que esta vida me gusta cada día menos, pero como no me fío de la que viene después, descarto la idea de colgarme de un olivo gordal. Digo esto porque de un tiempo a esta parte se están muriendo seres queridos por mí y ni me entero. Incluso familiares. Algún día voy a ver mi propia necrológica en un periódico y me preguntaré: "Pero ¿cómo no me ha dicho nadie nada? No sé si fue Jesús Quintero quien huyó de Madrid tras conocer que en su bloque se murió un vecino y se enteró diez días después. Se vino para abajo horrorizado, claro. Se muere Pepa de Utrera y me entero cuando ya estaba enterrada y todo. Con la de gente que conozco en Utrera. Esto no ha ocurrido nunca en el flamenco. Tiene guasa que te enteres antes de cuántos contratos tiene este año El Pitingo, que de la muerte de Pepa la Feonga. Esto es para comprarse una estacá en Arahal y no salir del campo hasta que vuelva a bailar el malogrado Lamparilla.

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