Economía

La muy agraria Nestlé

El vicepresidente ejecutivo de la compañía, José López, cree que los agricultores están «infrapagados e infravalorados» a pesar de que el alimentario será uno de los principales retos de la humanidad.

el 15 abr 2014 / 22:30 h.

El agricultor está «infrapagado e infravalorado». Y lástima que así sea porque él, al fin y al cabo, es el futuro. Comer hay que comer, tan sencillo como eso, pero, además, el mayor desafío del mundo es garantizarse el abastecimiento de alimentos y de agua para beber y para producirlos. Si China, la nación más poblada, está comprando tierras en el continente africano, por algo será... Rufino Parra, presidente de Adacem; José López; Ramón Adell, vicepresidente de CEDE, y Jorge Ramos, de San Telmo. / EL CORREO Rufino Parra, presidente de Adacem; José López; Ramón Adell, vicepresidente de CEDE, y Jorge Ramos, de San Telmo. / EL CORREO Son reflexiones lanzadas ayer por el vicepresidente ejecutivo de la multinacional de origen suizo Nestlé, José López, en el transcurso de un desayuno de trabajo organizado por la Asociación de Directivos de Andalucía, Ceuta y Melilla (Adacem) y celebrado en la sede de la escuela de negocios Instituto Internacional San Telmo en Sevilla. El sistema de producción actual, dijo López, no es sostenible, y llegará un día en el que «será imposible concebir que un camión lleno de comida transite por un país hambriento camino de otro desarrollado; las revoluciones surgieron por faltar pan y hay que dar soluciones a la miseria, es un reto internacional realmente extraordinario». En las manos de este andaluz nacido en Andújar y con raíces en Bormujos –donde residió hasta los diez años, cuando sus padres emigraron a Suiza– está la responsabilidad de las operaciones de las 465 fábricas de Nestlé distribuidas entre un centenar de países, de 48 millones de toneladas de productos terminados, de una plantilla de 210.000 trabajadores, de 2.000 centros de distribución y de las relaciones con 690.000 agricultores. Y, encima, tuvo el valor de decir que la cosa «no es tan compleja» como sugieren las macrocifras... El porqué, explicó, radica en una estrategia de «descentralización alineada». Las decisiones estratégicas se adoptan en la central de Vevey, en Suiza, y desde allí también se transmiten «los valores de la compañía», y unas y otras se aplican en los mercados locales. ¿Qué valores? Primero, habló de la supremacía del consumidor, dar valor a aquello que éste valora «y el resto es desperdicio; esto hay que tenerlo muy claro». Segundo, de que la creación de valor ha de ser compartida, es decir, que haya ganancia para Nestlé y sus accionistas pero también para su entorno. Tercero, de pensar en el largo plazo –«no queremos el beneficio a corto si no se genera beneficio a largo»–. Cuarto, de la responsabilidad social, «porque dejamos huella en la sociedad». Y quinto, de la meritocracia, que llega hasta el extremo de que ningún familiar de los altos cargos de la multinacional –«se incluye mi familia»– puede trabajar en ella. «No queremos oportunistas, sino gente que entienda el compromiso con los accionistas y con la sociedad». La alineación de todos estos factores, junto con aquellos que se presuponen –la seguridad alimentaria, la competitividad, el cumplimiento de la legislación, el manejo de la calidad– son, a juicio de José López, las claves del crecimiento de Nestlé. Y ante un foro de medio centenar largo de directivos –en su mayoría vinculados a la cadena alimentaria– y en una comunidad, la andaluza, con un elevadísimo porcentaje de empresas familiares, sentenció: «Aquí, en Nestlé, se practica la meritocracia de manera tajante; si así se hace, triunfas; si no, el modelo se desmorona». La capacidad por encima de cualquier otra consideración. El vicepresidente ejecutivo –que se ha convertido en un habitual en San Telmo habida cuenta de la importancia que esta escuela de negocios otorga a la formación directiva en el conjunto de la cadena alimentaria–, respondió a una retahíla de preguntas de los asistentes, y la primera no podía ser otra que la situación económica de España. De manera rotunda, consideró que el empleo es lo más importante, por encima de cualquier otro indicador, «y mientras no se genere de forma sustancial, yo no me creeré que hay recuperación». «El empleo es la primera y única verdad del estado de la economía de un país». «Hay que distinguir entre creación de valor, que se hace con esfuerzo y compromiso, y creación de riqueza, que se puede hacer de muchas maneras, desde jugar a la quiniela hasta especulando». Esta crisis, indicó, debe servir a España para no desaprovechar sus enseñanzas. Aun así, animó a los empresarios andaluces: «En Andalucía hay muchas cualidades, y una de las más importantes es la creatividad. Pero los andaluces deben creer en ellos mismos, apostando por la excelencia más que por el oportunismo». Y llegados aquí, un tirito: «Las personas se dividen entre quienes quieren ser algo y quienes quieren hacer algo. Y en Andalucía se debería hacer hincapié en lo segundo», sostuvo. Sus respuestas estuvieron plagadas de apoyos hacia los agricultores y ganaderos y destacó que el desarrollo rural «es importantísimo» para garantizar a largo plazo la actividad del campo y de la agroindustria y el abastecimiento alimentario. Al pronunciarse sobre si transgénicos sí o transgénicos no, opinó que la biotecnología es fundamental para «el futuro de la humanidad», al incrementar la productividad e incluso mejorar los aportes nutricionales. Por ello, resaltó la necesidad de «educar» a los consumidores sobre los beneficios que entraña la biotecnología. Eso sí, aclaró, la compañía no utiliza materias primas modificadas genéticamente en aquellos países donde no son bien recibidas por su sociedad. «Pero sí, nosotros apoyamos y creemos en la ciencia de la biotecnología». Dijo gustarle el modelo cooperativo que impera en la agroindustria andaluza. «Los agricultores necesitan apoyo y la cooperativa es una buena fórmula». Es más, reveló que Nestlé ha reforzado el contacto directo con el campo, y puso como ejemplo Nespresso. «Tres cuartas partes del café (para sus cápsulas) se compran directamente a los productores. Y esto es posible porque la gente está dispuesta a pagar más por la calidad». Y alcanzamos una palabra clave: calidad. José López instó a los empresarios andaluces a que ésta guíe siempre su labor, y reveló que Nestlé hace miles de auditorías todos los años a sus proveedores para garantizarla, máxime en un entorno de crecientes problemas de abastecimiento. «Nosotros, por principio, no tenemos ni una sola explotación agrícola o ganadera en propiedad». Sí relaciones con centenares de miles de agricultores de todo el mundo, a los que se apoya y se les inculca las buenas prácticas exigidas por la multinacional. Multinacional, sí, pero la percepción que el alto directivo dejó en San Telmo fue la necesidad de alianzas en la cadena alimentaria donde todos los eslabones ganen dinero, junto con un espaldarazo al primero: el campo y sus agricultores.

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