La Fundación Geón llevaba tiempo buscando un sitio céntrico para su sede, con idea de estar más cerca de los ancianos a los que atiende, y ya tiene la casa de sus sueños: un edificio señorial que el arquitecto Antonio Gómez Millán construyó en 1929 en la Barqueta. La mudanza le costará dos millones de euros.
"Esto era exactamente lo que estábamos buscando -dice su presidente, Antonio Aguilar-, porque una fundación que atiende al público tiene que estar en un sitio céntrico al que la gente pueda llegar, para ser accesible y tener las puertas abiertas a todos".
El edificio elegido es una casa señorial de dos plantas, de fachada sobria, apenas adornada por un balcón y molduras mínimas de piedra caliza, levantada en torno a un patio central cubierto con una montera acristalada y con una contundente escalera de mármol.
Una fisonomía que se mantendrá, "aunque habrá que adaptarla a nuestro estilo, que es más moderno y funcional", dice Aguilar. Eso hará desaparecer una curiosa muestra de mármol del salón, donde los dueños, una familia de marmolistas que ocupó la casa palacio hasta el verano pasado, habían creado un peculiar muestrario cubriendo las paredes con más de una decena de piedras de variopintos colores.
Los dos grandes azulejos de la Macarena y el Gran Poder que presiden el patio y la escalera serán trasladados a la residencia que Gerón está construyendo en el solar del antiguo Bazar España.
El edificio tiene unos 600 metros cuadrados y está justo al lado del Monasterio de San Clemente y dentro de su zona de influencia, por lo que deberán vigilar la aparición de vestigios arqueológicos durante la restauración. Es obra del sevillano Antonio Gómez Millán, artífice de la antigua Casa Cuna, hoy sede de la Fundación San Telmo. De estilo historicista aunque enmarcado en la corriente regionalista que lideraba su cuñado Aníbal González -autor de la Plaza de España-, sus obras destacaron por su sobriedad y se dedicó, sobre todo, a una arquitectura residencial de la que son ejemplo las viviendas comprendidas entre las calles Adriano y Pastor y Landero, conocidas como la casa de las moscas por los adornos de sus azulejos.
La rehabilitación quedará en manos del arquitecto Ignacio Villa, que tras reforzar los forjados para paliar la corrosión que sufrían se centrará en mejorar los acabados, liberando a la vivienda de su apariencia antigua y dándole un aire renovado.
Servicios. El arquitecto deberá hacer el edificio más cómodo para los servicios que atenderá la nueva sede de Gerón, por la que pasarán unas 9.000 personas al año. Allí se ofrecerán los programas dedicados a los mayores y su entorno, como el apoyo familiar, que incluye cursos para que los parientes sepan cómo atender a sus ancianos, servicios de respiro familiar para los cuidadores o grupos de terapia.
También se gestionarán las plazas en las residencias o centros de estancia diurna; se ubicará el banco de ayudas técnicas, que hoy día presta a 435 familias sillas de ruedas, aparatos ortopédicos o camas articuladas; y se organizará el grupo de 120 voluntarios que acompañan a los mayores o van con ellos al cine o a tomar café.
Se atenderá también a los jóvenes que acudan a formarse en gerontología, gracias a los distintos programas de formación y empleo que gestiona la fundación a través de programas como el Andalucía Orienta.
La Fundación Gerón comenzó como un grupo de amigos que repartía alimentos a ancianos necesitados. Hoy maneja cuentas de 16 millones de euros al año, tiene 18 residencias en España y está levantando la octava en Sevilla, donde cuenta con 200 empleados.
