En los primeros días del año tanto sindicatos como patronal aseguraban que el acuerdo para pactar la reforma laboral estaba cercano, pero lo cierto es que en las últimas jornadas las negociaciones se han enconado y eso a pesar de que el tiempo se agota. De hecho, mañana expira el plazo dado por el Gobierno para que los agentes sociales alcanzaran un consenso. Ante ese bloqueo, el vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, afirmó que el Gobierno debería legislar ya una reforma laboral porque las posturas están "bastante alejadas", una opinión que respaldó horas después el presidente de la patronal de Cepyme, Jesús Terciado.
"Yo creo que tiene que legislar, visto cómo está, para qué vamos a andar con más paños calientes. Esto es marear la perdiz. Aunque la voluntad y la intención están ahí, las posturas están bastante alejadas", subrayó Fernández en una entrevista en TVE, en la que recordó que sindicatos y empresarios no llevan negociando ocho días, sino dos años, sin que hayan llegado a un acuerdo.
En cuanto al motivo de que hayan pedido más tiempo al Gobierno para negociar -la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, aseguró ayer que los agentes sociales "siguen teniendo tiempo esta semana para cerrar lo que aún les queda pendiente"-, el vicepresidente de la CEOE declaró que siempre se intenta dar oportunidades al acuerdo, pero insistió en que es "pesimista" sobre las posibilidades de que pueda alcanzarse.
El dirigente empresarial destacó que las relaciones entre las organizaciones empresariales y los sindicatos "son buenas, como no lo han sido nunca", pero entiende que la postura que están defendiendo es equivocada y que deben "entrar en la modernidad y el cambio" que se les ofrece desde la patronal.
Fernández recordó que ambas partes han conseguido pactos de mínimos, ya "amortizados", en temas como los festivos o el absentismo, pero precisó que no es suficiente para llevar a cabo la reforma profunda que necesita España y que pasa por introducir cambios en contratación y negociación colectiva. "Creo que el Gobierno no va a tener más remedio que legislar una nueva contratación. Tiene que hacer un cambio profundo del mercado de trabajo porque, si no lo hace, seguiremos con esos 5,3 millones de parados", aseguró.
En este sentido, Arturo Fernández insistió en la necesidad de poner en marcha un nuevo contrato indefinido, con una indemnización por despido improcedente de 20 días por año trabajado, con un límite de un año, y de que las empresas puedan congelar los salarios de sus trabajadores durante este año y el próximo. "No hay que pensar que por tener una nueva legislación y un contrato de 20 días mañana vayamos a crear empleo, pero es sentar las bases de un futuro, para pensar en contratar", puntualizó Fernández, que denunció que cuando las empresas van mal no pueden pagar despidos de 45 días porque tendrían que cerrar.
Nada de acuerdo con esta postura se mostró el secretario de acción sindical de UGT, Toni Ferrer. Así, señaló que las conversaciones entre patronal y sindicatos sobre negociación colectiva, que afectan a salarios, flexibilidad interna y estructura de los convenios, "siguen abiertas", por lo que pidió al Gobierno que "respete" los tiempos, ya que las reformas impuestas son "injustas e inútiles". "Es el tiempo de la negociación.
Hay que buscar acuerdos en aquellas materias que aún no se han podido alcanzar, acuerdos que sean razonables y equilibrados, cuya finalidad sea actuar contra el mayor problema del país, el alto número de desempleados". Además, avisó de que "los objetivos maximalistas" no tienen cabida en el futuro, "pues solo producirían recortes de los derechos de los trabajadores".
El Ejecutivo, a través del ministro de Industria, José Manuel Soria, dijo que la reforma "debe servir para que sea más fácil contratar que despedir", ya que "hasta ahora ha ocurrido lo contrario", y advirtió de que el Gobierno desarrollará con "determinación" una regulación si no hay acuerdo.
