El Bicentenario de la Constitución de 1812 dejará en plena crisis en Cádiz una lluvia de millones que las administraciones tasan por encima de los 1.000. La efeméride busca relanzar una ciudad acogotada por el paro y engullida por su área metropolitana.
En España está de moda reactivar ciudades a golpe de conmemoraciones, exposiciones universales o citas deportivas. Si la Expo del 92 dejó en Sevilla una inversión cercana al billón de las antiguas pesetas y cambió sus comunicaciones y su fisonomía, el 200 aniversario de la primera Constitución española, aquella que aprobaron las Cortes replegadas en Cádiz mirando por el rabillo del ojo el avance napoleónico, se vende como un revulsivo para una de las capitales que más peso ha perdido a favor de su provincia. Si en Cádiz, con 10 kilómetros cuadrados y cercada por el mar y sus 3.000 años de antigüedad, la población es de 140.000 habitantes, en Jerez llega a 700.000.
Se considera una sacudida y una inyección de autoestima recordar que entre 1810 y 1814, Cádiz fue la capital de España y más de eso, fue la cuna de la libertad y los derechos básicos. Bajo la sombra del Bicentenario y con el 2012 como meta, varias administraciones -los ayuntamientos de Cádiz y San Fernando, Junta y Gobierno- se han conjurado para que los ciudadanos miren con esperanza una fecha que esperan sea "mágica". María Luisa García, gerente del Consorcio que dirige el Bicentenario, cree que es "un acontecimiento que está esperando Cádiz" y marcará "un antes y un después".
En la percha de la conmemoración de La Pepa se cuelgan todas las inversiones programadas. Hasta el último euro que llegue a Cádiz hasta 2012 llevará la marca del Bicentenario aunque sean proyectos como el nuevo hospital o el plan de reindustrialización de la Bahía. ¿Habría euros sin aniversario? La incógnita queda. Es cierto que la llegada de la alta velocidad a Cádiz entra en un proyecto para conectar todas las capitales andaluzas por AVE. Pero también que el tranvía metropolitano además de conectar Cádiz y Chiclana como estaba previsto, pasará ahora sobre el segundo puente de la ciudad, ya apodado como el de La Pepa, y conectará con el aeropuerto de Jerez.
El delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, José Antonio Periñan, subraya que éste no debe ser un acontecimiento local sino nacional. La ciudad recibirá como legado "símbolos" como el Castillo de San Sebastián, una obra muy costosa (40 millones a cargo del Estado); o el Oratorio de San Felipe Neri, que financiará la Junta. "Y hay también un 2012 de los ciudadanos. Una oportunidad para relanzar Cádiz e influir en la vida económica y laboral de la gente". La tasa provincial de paro es del 18,85%.
El concejal del 2012 en el Ayuntamiento de Cádiz, Juan José Ortiz, sostiene que hay que aprovechar la efeméride como "excusa", "dejar lista urbanísticamente la ciudad" y renovar sus comunicaciones y equipamientos. En cuatro años Cádiz acogerá la cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y será capital Iberoamericana de la cultura, "Es el mejor escaparate", señala Ortiz, "Cádiz tiene que saber proyectarse turísticamente" y "la inversión pública dinamizar la privada". El equipamiento hotelero crecerá. La gerente del Consorcio apostilla: "Cádiz tiene que aprovechar y consolidar su atractivo más allá de destino de sol y playa".
La Pepa cumplirá dos siglos precedida por una crisis que los responsables públicos confían en que el Bicentenario amortigüe. La inversión pública está amarrada, ahora queda la privada. La búsqueda de patrocinadores, admite el Consorcio, es complicada. Quedan 1.998 días para que La Pepa gane otra batalla: esta vez no política sino económica.
