La céntrica Plaza de La Mina experimenta mucha actividad a su alrededor. Si hace unos cinco meses comenzaron las obras de ampliación del centro cultural la Almona, recientemente ha empezado a instalarse unos toldos para evitar el sol y mejorar el tránsito en durante las horas en las que haya sol.
La plaza de la Mina es el epicentro de las calles comerciales de Dos Hermanas, desde ella se accede a los viarios de Antonia Díaz, el mercado de abastos o calle Pachico, viario peatonal repleto de tiendas. Todos ellos con una gran concentración de pequeños comercios de Dos Hermanas. Y ahora la concejalía de fomento ha puesto en marcha una forma de que la gente pueda transitar por el centro para que coincida con el horario de apertura de las tiendas.
Ya que los pocos que aun no se han ido de vacaciones, si tienen que salir, lo hacen cuando las temperaturas han bajado, y los comercios han cerrado o están a punto de hacerlo. Los toldos públicos reducen el calor en un 60% y se instalan con el dinero de la concejalía de Fomento, y con una subvención por parte de la Dirección General de Comercio de la Junta de Andalucía.
Se trata de una iniciativa similar a la que se hace desde hace años en Sevilla con calles comerciales como Sierpes o Tetuán.
Los toldos que se están instalando en la calle La Mina siguen a los que ya hay en las calles San Sebastián (peatonal) o Nuestra Señora de Valme, y cuentan con los mismos objetivos que La Mina. El arquitecto encargado de la instalación es Ignacio Crespo, quien también diseño las obras de ampliación del centro cultural La Almona, a quien se le adjudicó el proyecto, entre otras cosas, porque el edificio perteneció a su familia en los años 60.
Crespo se ha alejado de la arquitectura tradicional para diseñar una instalación de toldos "que cree dinamismo" y constituya "una imagen de la sociedad actual" comenta el diseñador, que también está preocupado por si un diseño moderno en una plaza antigua pueda generar polémica en la calle, ya que "al fin y al cabo se trata de gustos", los ciudadanos podrán opinar sobre la estética cuando se culmine la instalación a finales de esta semana y principios de la siguiente.
El proyecto, que los comerciantes de la zona ya conocen, se ha comparado con los toldos de la calles Preciado y el Carmen de Madrid, aunque según Crespo, estos siguen un "patrón repetitivo que se ha querido evitar en La Mina", los toldos no serán rectangulares, sino que tendrán distintas formas geométricas irregulares o polígonos de tres, cuatro o seis lados.
De momento, se ha empezado con la primera parte del proceso: la excavación y hormigonado de nueve pozos alrededor de la plaza, donde se colocan los mástiles de sujeción de los toldos. La plaza tiene dos niveles de altura unidos por pendientes, por lo que los mástiles serán de nueve o diez metros y se apoyarán en las fachadas de los edificios de alrededor, a partir de ahí se inicia una red de cableado en el que se apoyará el entoldado.
La parte de la plaza que da para el mercado de abastos no tiene edificios a los que sujetar los toldos, por lo que se apoyarán en las farolas situadas al lado del asfalto, como también se ha hecho en la calle San Sebastián con la salida a la plaza de El Arenal.
Tanto el arquitecto como la empresa que porporciona los toldos, Chamorro, son novatos en esto realizar esta obra tan compleja y moderna, aunque no por eso lo van a hacer mal, ya que lo tienen todo muy medido.
El germen de Toldos Chamorro es una empresa familiar que ha ido pasando de padres a hijos. Sus inicios se remontan a 1926. La tercera generación está representada por uno de los actuales dueños, Manuel Chamorro.
