Local

«La población inmigrante ha sido mejor aceptada que los gitanos»

Es desde hace un año el director territorial de la Fundación Secretariado Gitano en Andalucía, una organización que desde hace 40 años trabaja con la población gitana más desfavorecida en materia de orientación laboral y acceso a la sanidad, educación y vivienda. Rechaza que se generalice con el colectivo.

el 16 sep 2009 / 03:35 h.

TAGS:

Es desde hace un año el director territorial de la Fundación Secretariado Gitano en Andalucía, una organización que desde hace 40 años trabaja con la población gitana más desfavorecida en materia de orientación laboral y acceso a la sanidad, educación y vivienda. Rechaza que se generalice con el colectivo.

-La Fundación Secretariado Gitano se crea para prestar servicios a la población gitana más desfavorecida. ¿Es una comunidad participativa o les cuesta que se acerquen a ustedes?

-La sociedad gitana ha avanzado mucho en los últimos 30 años, sobre todo si se tiene en cuenta que hasta la Constitución de 1978 se han contabilizado hasta 200 pragmáticas reales en contra de los gitanos y limitando sus derechos de acceso a la ciudadanía, por lo que en el 78 había una brecha entre éstos y el resto de la sociedad. Se han hecho bastantes esfuerzos por parte de los gitanos y de las administraciones para facilitar su acceso a los recursos y hoy se puede decir que la gran mayoría está plenamente integrada, pero un tercio tiene graves dificultades económicas y sociales y eso dificulta su incorporación social. La sociedad sólo ve esa parte donde se concentran los problemas y lo extiende a toda la comunidad. Existe un freno importante desde la sociedad a la incorporación social de los gitanos por la mala imagen que tiene la población sobre ellos y eso dificulta su incorporación social y provoca discriminaciones en el empleo, la vivienda, el acceso a la sanidad y la educación.

-Pero sanidad y educación son recursos universales. ¿El problema es que no acceden por que no están integrados, que la administración no hace esfuerzos suficientes para hacérselos llegar o que son tratados de manera diferente?

-Por parte de los gitanos existe un verdadero interés de incorporarse a los servicios normalizados en igualdad de condiciones, lo que pasa es que por ejemplo el sistema educativo es homogéneo, no reconoce la diversidad cultural y hay colectivos que no se sienten a gusto cuando son tratados con esa homogeneidad. La prueba es que en las zonas especiales de transformación social, la concentración de gitanos en los colegios es enorme e incluso de segregación, colegios con un alto porcentaje de gitanos que dificulta la integración. El 75% del absentismo es gitano y el 80% de la población gitana no termina la ESO. Al final el profesorado tiene bajas expectativas sobre el aprendizaje de los gitanos y juntos son tratados de manera diferente. En nuestros programas educativos vemos unos desfases curriculares terribles. Niños en sexto de Primaria apenas saben leer y escribir.

-¿Tiene la sensación de que un gitano para realmente integrarse debe no parecerlo?

-Que para ser tratado igual uno no parezca lo que es, desde un punto de vista social, es lamentable porque hoy la sociedad es diversa y todo el mundo no puede ser tratado igual. Es necesario que en las instituciones haya una atención a la diversidad.

-¿Dónde está el límite entre ese respeto a la multiculturalidad y unas normas básicas de convivencia?

-El límite está en el respeto al otro. La convivencia exige que reconozcas al otro como una persona que tiene los mismos derechos que tú, aunque sean diferentes. Hay que hacer un esfuerzo mutuo de comprensión. En el momento en que esos equilibrios no se respetan surgen conflictos.

-¿Ve parte de culpa de los gitanos en los problemas de integración, como cree un sector de la sociedad, por no querer renunciar a lo que consideran sus señas de identidad?

-No hay que renunciar a nada, es perfectamente compatible pertenecer a una cultura minoritaria y a otra mayoritaria, es cuestión de saber interpretar los roles en cada momento. Cuando uno está dentro de su entorno familiar gitano desarrolla y vive con las directrices que marca esa cultura, pero cuando uno está por ejemplo ejerciendo su profesión, tiene que saber vivir perfectamente fuera de esa cultura y participar y enriquecerse de las otras. Eso tiene que ver con la multiplicidad de identidades.

-Sin embargo mantener ciertos elementos culturales puede suponer una discriminación. Estos días hemos conocido el caso de una mujer que ha recurrido a Estrasburgo para reclamar su pensión de viudedad no reconocida porque se casó por el rito gitano.

-Eso es una aberración porque es una pareja de hecho constatada, con hijos registrados y 20 años de cotización del marido. En España se reconocen multitud de tipos de matrimonios y el del rito gitano debería ser considerado igual si posteriormente existe la regulación legal oportuna, como en este caso. A mí lo que me extraña es que en una sociedad tan avanzada en ese sentido como la española esta mujer, María Luisa Muñoz, tenga que ir a Estrasburgo para solicitar este derecho. En Andalucía hay muchísimos matrimonios por el rito gitano, normalmente se ratifican luego por la iglesia y por el convenio de ésta con el Estado automáticamente queda legalizado pero si no esta costumbre de los gitanos, al estar ligada a una minoría, no tiene el reconocimiento legal que debería. No se han dado más casos porque la gente no es tan persistente y a lo mejor ni se les ha ocurrido. La población gitana es consciente de que tiene derechos hace 30 años.

-En los últimos días hemos visto en el mismo periódico el conflicto generado en el Polígono Sur por una venganza entre familias y la visita de una comisión europea a Almanjáyar en Granada y el propio barrio sevillano para tomarlos como ejemplo de integración. ¿Se transmite la imagen que no es o realmente se da esa dualidad?

-La situación del Polígono Sur es del todo atípica. En España hay 750.000 gitanos y la mayor parte está incorporada plenamente a la sociedad. Que se sucedan episodios puntuales para nada es susceptible de ser generalizado a toda la comunidad. Y la Unión Europea viene a estudiar políticas de inclusión a España porque, a pesar de que la situación aquí no es ideal, en el resto de Europa, sobre todo en el Este, viven infinitamente peor. Es una población que preocupa mucho a la Unión Europea, donde hay entre 8 y 10 millones de gitanos.

-¿Qué experiencias le han interesado especialmente?

-Hemos presentado el programa Acceder que la Fundación realiza desde 2000 y durará hasta 2013 y hasta la fecha 8.000 personas en Andalucía han logrado un contrato. Lo estamos extendiendo a otros países como Bosnia y Rumanía. Visitamos el Polígono Sur y Almanjáyar para explicar las rehabilitaciones de vivienda. Rehabilitaciones que no tienen sentido si no se hace una labor para que esta población tome conciencia de que si el Estado hace un esfuerzo, deben colaborar en el buen uso y mantenimiento de esas viviendas.

-La inmigración ha traído muchos gitanos rumanos. ¿Existe colaboración con ellos?

-Es una parcela muy desatendida y no se sabe muy bien lo que hacer con ellos. Desde la fundación tenemos dos programas piloto, sobre todo en el ámbito del empleo, desde hace dos años en Córdoba y Málaga, que es donde hemos detectado que hay más población rumana estable. En Córdoba tenemos además con el Ayuntamiento un convenio de tres pisos piloto donde se ubica a tres familias durante un año con apoyo social y recursos para que se normalicen y vivan por ellos mismos. Está funcionando, lo que pasa es que su impacto en la población rumana tan amplia es poco significativo pero pretendemos demostrar que hay gente que verdaderamente viene a trabajar e integrarse.

Puede leer la entrevista completa en la edición impresa de El Correo de Andalucía.

  • 1