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La precampaña está que arde

Los partidos se lanzan duros dardos dialécticos pese a reclamar juego limpio

el 12 oct 2010 / 09:00 h.

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Dicen que la verdad es la primera víctima de la guerra, pero en una precampaña electoral ese triste honor le cabe a las buenas intenciones. La carrera a la Alcaldía de Sevilla no es una excepción, y eso que faltan todavía siete meses largos para que se celebren las elecciones. Y en este caso, lo bienintencionado era pensar que iba a ser una campaña más de proyectos que de crispación pero va a ser que no, que eso es como pedirle peras de juego limpio al olmo de la política. Así que la precampaña electoral está que arde, que al fin y al cabo es lo normal.

El zapatazo más sonoro lo ha dado ahora el primer teniente de alcalde y candidato de IU, Antonio Rodrigo Torrijos, que en su blog personal ha arremetido contra el PP local y su portavoz, Juan Ignacio Zoido, del que dice que "vive de la carroña", "celebra la basura", fomenta el "morbo" y "disfruta con un bache o con una avería". ¿El mensaje de fondo? Pues que el PP juega al cuanto peor, mejor, que se recrea en "los rincones oscuros, la suciedad y las basuras" con tal de hacerse una foto denunciando, según IU, las pocas gotas de agua sucia que hay un mar de cosas bien hechas.

Torrijos vuelve además a defender su tesis de que Zoido busca "esconder su ideología", ocultar su verdadero rostro político porque éste daría miedo a muchos ciudadanos de corte moderado. "El fin justifica los medios", resume, acusándole de "golpear" a la ciudad vendiendo de ella una imagen distorsionada que se cobra sus daños colaterales en forma de turistas que se piensan si venir o congresos que se plantean irse a otro sitio.

Vino esto a coincidir con que ayer trascendió un argumentario interno del PSOE provincial en el que se explica cómo arrearle bien a Zoido, exponiendo las que, según los socialistas, son las debilidades y contradicciones del candidato del PP. El problema es que esto se conoce cuando hace una semana el aspirante del PSOE, Juan Espadas, reclamaba juego limpio y una campaña sin insultos, centrada en el debate de las ideas. No es que el argumentario incluya palabras de grueso calado o insultantes, pero su colisión con la propuesta de Espadas no queda muy fina, la verdad.
Y a todo esto, ¿cómo reaccionó el PP? Pues la respuesta fue de manual: jugó a hacerse el magnánimo, a marcar la distancia del ellos son así pero yo no. El que saltó a escena fue su portavoz municipal adjunto, Francisco Pérez, quien subrayó que, mientras Torrijos y Espadas "se dedican a insultar, el PP se preocupa por los problemas reales de los sevillanos". Lo que tienen que hacer, vino a decir, es tomar nota de su buen estilo.

Para el PP, lo que IU considera recrearse en la basura es denunciar los problemas de la ciudad. Y aunque el tono de Torrijos no pasará a la historia de las buenas maneras, lo cierto es que los populares no pueden negar su punto de populismo en muchos de los pasos que dan, eso sí, sin malas palabras. Porque IU volvió después a la carga contra Zoido, al que tildó de "pirómano", "plañidera" y manipulador de la "gente sencilla".

Mientras en Sevilla se recreaban en desollarse unos a otros, el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, se plantaba en Madrid para asistir a los actos del Día de la Hispanidad por primera vez desde 2000, recepción real incluida. A buen seguro que incluso allí se escuchó el ruido de las puñaladas de una precampaña calentita... como es normal.

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