Cultura

La primera mirada de Velázquez

El último hito de la Fundación Focus desde que adquiriera en julio de 2007 el cuadro Santa Rufina de Velázquez se hizo ayer realidad con la inauguración de la colección museística de su Centro de Investigación. Un total de 15 obras del primer Naturalismo sevillano (inicios del XVII) que ayudan a comprender "como se formó la mirada del pintor antes de viajar a Madrid". Foto: El Correo.

el 15 sep 2009 / 15:57 h.

El último hito de la Fundación Focus desde que adquiriera en julio de 2007 el cuadro Santa Rufina de Velázquez se hizo ayer realidad con la inauguración de la colección museística de su Centro de Investigación. Un total de 15 obras del primer Naturalismo sevillano (inicios del XVII) que ayudan a comprender "como se formó la mirada del pintor antes de viajar a Madrid".

El Centro de Investigación Diego Velázquez, en el seno del Hospital de los Venerables de Sevilla, es ya una realidad. El largo camino que se inició en la sede de la casa de subastas Sotheby's de Londres el 4 de julio de 2007, con la compra de uno de los poquísimos Velázquez que aún quedaban en manos privadas en el mundo, culminó ayer con la presentación de las catorce piezas -quince con Santa Rufina- que acompañarán de cara al futuro a esta obra en una colección museística permanente de la institución.

La exposición está compuesta, pues, por las obras de Velázquez Imposición de la Casulla a San Ildefonso, del Ayuntamiento de Sevilla, y Santa Rufina, además de otras 13 obras de autores coetáneos al pintor. Entre ellas destacan Vista de Sevilla, de autor anónimo y adquirida por Focus; Santa Catalina y Santa Inés, de Francisco Pacheco, cedidas por el Museo del Prado; y las obras inéditas de Juan de Roelas Sagrada Familia con Santa Ana y San Juanito, del Museo de Bellas Artes de Asturias, y Sagrada Familia con San Juanito, de una institución privada. Además, en la muestra también están presentes la obra de Cavarozzi Sagrada Familia, perteneciente a una colección particular de Barcelona; Sagrada Familia con San Joaquín y Santa Ana, de Herrera el Viejo, procedente de la Colección Rafael Pérez Hernando de Madrid; una talla de la Inmaculada y un San Juan Bautista de Martínez Montañés, procedentes ambas del convento de Santa Clara, y otra Inmaculada, esta vez en óleo sobre lienzo, de Zurbarán, también propiedad del Ayuntamiento. Finalmente, el Retrato de Juan Martínez Montañés, de Francisco Varela, también del Consistorio hispalense; Fray Pedro de Oña, de Zurbarán, y una Santa Catalina de Murillo, que regresa a la ciudad tras ser robada por el Mariscal Soult de la iglesia sevillana del mismo nombre, cierran un discurso expositivo que recorre los años de formación de Velázquez en la capital hispalense.

Fue el asesor científico del Centro Velázquez y verdadero ideólogo del proyecto, el profesor sevillano Benito Navarrete, quien ejerció de cicerone a los medios de comunicación y autoridades que se dieron ayer cita en el Hospital de los Venerables para la puesta de largo de la colección museística. Navarrete explicó que se trata de quince "obras maestras que intentan reflejar un altísimo sentido de la calidad y plantear los antecedentes y los consecuentes de Velázquez en su ciudad, contextualizar al artista en su entorno y constatar, finalmente, que esa sevillanía que se lleva a Madrid queda patente en Santa Rufina".

Velázquez nace y se forma en un momento en el que Sevilla "era puerto y puerta de Indias y era una de las ciudades más pujantes de Europa, la nueva Babilonia, la Nínive de occidente", detalló Navarrete que, entre otras influencias, también citó la "vena brava o mediterránea de Velázquez", que nace de Caravaggio y que está presente en la exposición gracias a las piezas de Cavarozzi. "Sin él no se entienden la Vieja friendo huevos o Los músicos", añadió el profesor, para quien esta exposición, de una escenografía extremadamente ciudada representa "el mito del eterno retorno".

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