Curro Díaz cortó la primera oreja de la Feria de San Isidro al cuarto toro del primer festejo del abono, un animal con un potable pitón derecho al que aprovechó el linarense con el concepto elegante y sugerente que le distingue.
Recibieron silencio tanto Juan Bautista, que sorteó en segundo lugar un toro que embistió con transmisión en el último tercio, como Eduardo Gallo, que con el peor lote cumplió con actitud. Curro Díaz cortó la oreja del cuarto, un toro alto de cruz y de avacadas hechuras que ya cantó en el capote su notable pitón derecho.
Posiblemente el segundo fue el toro más completo de la tarde, pues acometió con tranco de salida y humilló y repitió con transmisión en la muleta de Juan Bautista, quien lo muleteó pulcro en una faena limpia que no pasó de lo políticamente correcto. Los dos toros de menores opciones fueron a parar a las manos de Eduardo Gallo.
Su primero apenas se desplazó en el último tercio y se defendió con un molesto calamocheo. El sexto fue un sobrero de Navalrosal. Con ambos estuvo sereno y responsable el matador.
