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La primera vuelta del asalto federal

Como era predecible, Diego Valderas salió el domingo reelegido coordinador regional de IU en una Asamblea que, en la hoja de ruta del PCE, es casi la primera vuelta para conquistar el poder en la dirección federal. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 17:47 h.

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Como era predecible, Diego Valderas salió el domingo reelegido coordinador regional de IU en una Asamblea que, en la hoja de ruta del PCE, es casi la primera vuelta para conquistar el poder en la dirección federal.

Un análisis matemático del resultado de la Asamblea regional de IU no dejaría lugar a dudas: Diego Valderas ha obtenido el 74,40% de los votos frente al 52% de hace cuatro años. Se podría decir, mirando sólo esos datos, que en este tiempo el coordinador regional habría reforzado su liderazgo y logrado que un buen puñado de militantes se decante por él en lugar de la alternativa crítica, conformada en esta edición por los mismos referentes de hace cuatro años, aunque con un candidato nuevo, José Cabrero (que obtuvo ayer 25,69% de los votos). Pero leer sólo los porcentajes sería ignorar la realidad de IU.

La ventaja que la mayoría saca a los críticos se ha hecho en buena medida a costa de un proceso de limpieza interna, que ha barrido asambleas de Jaén, Córdoba, Almería, Cádiz o Huelva. La estrategia ha estado motivada en muchos casos por la ruptura de estas organizaciones con la disciplina de la dirección andaluza -por ejemplo, por pactar con el PP-, pero en clave interna ha servido para hacer a IU más homogénea y, por lo tanto, controlable. Este cambio es fundamental para que el partido mayoritario en la federación, el PCA, pueda arañar delegados para la Asamblea federal de IU, que se celebra dentro de dos semanas.

En ese cónclave, Andalucía es la federación más numerosa, con 164 delegados. El reparto culminó ayer en la Asamblea regional, que eligió a la mitad de los compromisarios después de que las asambleas locales ya hayan votado a los suyos. Completado el proceso, un centenar de los representantes son afines al PCA y, por tanto, servirán en el cónclave federal para que el PCE pueda imponerse. El gran objetivo del partido y la gran aspiración del presidente ejecutivo, el andaluz Felipe Alcaraz, es acabar contra el papel secundario que creen que tienen en IU la hoz y el martillo.

De la 17 Asamblea regional sale un PCA que manda con menos ataduras en Andalucía y que sitúa en una posición destacada al PCE para hacerse con el poder federal, enterrando la etapa de Gaspar Llamazares. La desestructuración del sector que apoyaba a éste allana además el camino al PCE.

Mirando sólo a Andalucía, tampoco puede decirse que los casi 49 puntos que ha sacado Valderas a los críticos supongan un afianzamiento de su liderazgo. Es el aparato del PCA el que gana, como quedó probado cuando Valderas tuvo que renunciar a su deseo de ser candidato a la Junta por Sevilla porque el PCA se lo ofreció a uno de sus tradicionales adversarios internos, Juan Manuel Sánchez Gordillo. En la lista del Consejo Andaluz, el máximo órgano entre congresos en IU, saltan a la vista los nombres del núcleo duro del partido y falta el de algunos de los colaboradores directos de Valderas, como Juan Vicente Acuña, que se retira de la primera línea.

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