Local

La Renfe supera el susto

el 30 mar 2011 / 18:23 h.

La comisión de seguimiento de las obras se reunió ayer por segunda vez.

Cuatro bloques de pisos dañados, más de un centenar de personas realojadas -primero en hoteles y luego en pisos de alquiler-, casi diez meses de tensión en los que dos vecinos afectados fallecieron... La barriada Barqueta-Renfe en la Macarena encara ya la recta final de una pesadilla que pudo ser mucho peor. Así lo estiman los propios vecinos, que calculan que a final de mayo habrán vuelto todos a sus casas, en muchos casos mejoradas tras las obras de rehabilitación. Ellos mismos eligieron los materiales empleados en sus pisos, garantizando así su calidad.

El 17 de junio del pasado año, las obras de construcción de un parking de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Sevilla dañaban estos bloques, con grandes grietas y con la amenaza de un grúa desplazada por un movimiento de tierras. Desde entonces sus vecinos atraviesan un calvario que pudo ser infierno si la obra hubiera sido de cualquier otra empresa que no fuera la universidad hispalense.

"Estamos muy satisfechos por la actuación de la Universidad y por el ritmo de las obras. No hubo en ningún momento ocultismo. Se están haciendo bien las cosas. Si llega a ser una obra de otra empresa estaríamos viviendo en un albergue o en un polideportivo", aseguró el presidente de la asociación de vecinos Barqueta-Renfe, Bernabé García, que ayer asistió a la segunda reunión de la comisión de seguimiento de los trabajos de restauración.

El portavoz vecinal reconoce que estos casi diez meses han sido "largos y molestos" y, sobre todo, "dolorosos" porque personas mayores (el 90% de los vecinos son de avanzada edad) "cayeron enfermos y dos vecinos no volverán a sus pisos porque fallecieron, lo que nos llena de pena y sentimiento", lamentó. Y es que los afectados han pasado muchos tragos. Anécdotas amargas no faltan. Desde la novia que no pudo salir de su casa para ir al altar, hasta el fin de semana en el Centro de Alto Rendimiento de la Cartuja porque los hoteles no tenían habitaciones libres por el concierto de AC/DC y la caravana del día del Orgullo Gay. Niños, mayores, personas con movilidad reducida... a nadie le gusta quedarse sin casa.

Eso sí, ya ven "la luz al final del túnel" y esa luz es muy brillante. "Alguno de los pisos quedarán mejor que antes, porque había vecinos que no hicieron arreglos durante años, aunque también hay casos en los que los propietarios habían realizado una gran inversión para adecentar sus casas", explicó Bernabé García tras la reunión con el vicerrector de Infraestructuras de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano; el concejal de Bienestar Social y delegado del distrito Macarena, Enrique Lobato, y el gerente de Urbanismo, Miguel Ángel Millán.

En dicha reunión, la Universidad hispalense informó de que el día 6 habrá otra cita en la que los técnicos certificarán el fin de las obras en el bloque número 8 de la calle Ter y los vecinos planificarán entonces su regreso. A partir de ese día, los residentes del primer bloque restaurado podrán visitar sus casas y solicitar, si ven desperfectos, el arreglo de los mismos.

Ocho familias de la Renfe podrían volver a sus casas el segundo fin de semana de abril, tras acabar el refuerzo y la cimentación mediante micropilotes del número 8. Las obras en el siguiente edificio están muy avanzadas, mientras que los dos restantes están pendientes, igual que la reurbanización de la zona. Así, el retorno será de forma "organizada, escalonada y progresiva", para evitar "bullicios y aglomeraciones", así como las molestias que supondría la reubicación del mobiliario de todas las viviendas a la vez. Un mobiliario bajo la custodia de la constructora Ingeconser, que también pagó más de 20.000 euros al mes de alquiler durante casi un año y cerca de 100.000 euros de hotel. Dinero que reclamará a la aseguradora de la obra.

sin prisas para volver. La Universidad, por su parte, lamentó lo sucedido por las "enormes molestias", pero alabó la rápida respuesta que se dio para mitigar los problemas, fundamentalmente, de convivencia, como subrayó Ramírez de Arellano. Éste añadió que no presionarán a los vecinos y que éstos serán los que programen la esperada y ansiada vuelta a casa. Los afectados pueden seguir en sus pisos alquilados hasta el 15 de julio, por eso la Universidad sostiene que no hay prisas para la mudanza. Sin embargo, estos cuentan las horas para regresar.

  • 1