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La serpiente se mueve sin cabeza

ETA vive su mayor crac: descabezada seis veces, con su cantera golpeada y en plena ‘crisis de fe'.

el 22 may 2010 / 19:06 h.

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Sin pies ni cabeza. Ésta es la descripción que mejor define el estado actual de ETA -cuyo símbolo es una serpiente enroscada en un hacha- tras los golpes asestados en España, Francia y Portugal en los últimos años. La banda terrorista no sólo ha sido descabezada seis veces en 24 meses, también ha sido desarticulada su cantera -Segi-, frustrados los planes para reconstruir la antigua dirección de Batasuna -brazo político de ETA- y detenida la red que conectaba a los presos etarras con la dirección de la banda.


Todo ello ha hecho a ETA más débil, pero no menos sanguinaria -desde el final de la tregua de 2006 los terroristas han asesinado a 12 personas-. La sentencia es del ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la repite después de cada mazazo asestado por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado a la banda. Los hechos le dan la razón. Los errores en ETA son cada vez más frecuentes: en la jefatura y en los comandos que perpetran los atentados. Además de detenciones, estos errores han permitido localizar uno de sus mayores almacenes de explosivos, esta vez en Portugal, en plena mudanza des-de Francia por los trascendentales reveses que el grupo terrorista ha recibido en el país galo.

LIDERAZGO

Seis jefes en dos años, mayor ineficacia

Francisco Javier López Peña, alias Thierry; Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki; Aitzol Iriondo, Jurdan Martitegi, Ibon Gogesakoetxea y Mikel Kabibkoitz Carrera Sarobe, Ata. Son los seis jefes de ETA, los número uno de la banda, que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han detenido en colaboración con la Policía francesa desde el 20 de mayo de 2008 hasta el pasado día 20. A algunos de ellos el ascenso tan sólo le duró semanas, el tiempo que la Policía tardó en capturar al sucesor del sucesor. Expertos en terrorismo aseguran que la permanente renovación de las cúpulas etarras "se traduce en ineficacia".No obstante, las detenciones del pasado jueves, entre ellas las de Carrera Sarobe y su lugarteniente Arkaitz Agirregabiria -que ayer fueron trasladados a París desde Bayona-, fueron recibidas con especial algarabía por Interior. Y es que Carrera es considerado uno de los terroristas más violentos y duros: en la última tregua expulsó a los negociadores "por cobardes". ETA ya busca líder y las últimas informaciones apuntan a que por primera vez podría ser una mujer. Por si acaso, Rubalcaba confió ayer en que se produzca "alguna buena noticia" en los próximos días.

CANTERA
Los aprendices de losetarras, bajo mínimos

No sólo la cúpula etarra ha recibido varapalos en los últimos dos años. Varias decenas de integrantes de la organización juvenil ilegalizada de la izquierda abertzale, Segi, han sido arrestados por su pertenencia a la banda y por su implicación en diversos ataques terroristas. El último gran golpe se produjo en noviembre del pasado año. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil lanzaron una macroperación conjunta contra Segi en varias localidades del País Vasco y Navarra. Hasta 34 personas fueron detenidas y entre los arrestados se encontraban los cabecillas de Segi. El ministro de Interior aseguró entonces que esta operación supuso el "descabezamiento" de la "cantera de ETA" y un duro golpe contra la organización de la izquierda abertzale de mayor "ortodoxia" y "fidelidad" a la banda terrorista.

BRAZO POLÍTICO

La izquierda abertzale se lo piensa... otra vez

Por tierra, mar y aire. Así es el acoso policial y judicial al que está sometida ETA y todo su entorno. En octubre de 2009 diez personas, entre los que estaba el hasta entonces líder de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi, fueron detenidas por orden del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, acusados de intentar reconstruir la dirección de la ilegalizada Batasuna bajo las instrucciones de ETA. Otegi continúa en la cárcel y desde entonces la izquierda abertzale se debate entre privilegiar la lucha política en detrimento de la militar o seguir siendo fiel a ETA. Las cadenas de la banda aún pesan demasiado. Pero hay mucho dirigente abertzale y más de un preso etarra que no entiende la ruptura de la tregua que ordenaron en 2006 Txeroki y Carrera. El acorralamiento judicial y policial llegó este mismo año hasta los abogados de ETA, una red que servía de conexión entre los presos y la dirección de la banda y entre ésta y los huidos, especialmente a América Latina y África.

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