Hace ya muchos años Nicolás Sánchez-Albornoz diseccionó en España hace un siglo, una economía dual las dos orillas de nuestro ochocientos. Allí el savoir faire -la regla de comportamiento- de élites y de terratenientes o industriales en alza gracias a la conyuntura internacional y a la modernización interior (ferrocarriles, puertos,?), convivía con la inmensa masa de personas regidas por condiciones de vida de tiempos anteriores. Cuando las costuras de esta situación comenzaron a estallar, Ortega y Gasset -que siempre quería explicar el por qué de las cosas- escribió otro libro: lo llamó La rebelión de las masas.
Venía a decir que el hacer cosas siempre propiciadas por otros era el destino de estas gentes que, cuando tomaban conciencia de ello, se rebelaba contra su propio destino y entonces se llegaba a una situación extraña y estéril. La obra de Don José no era sino el producto de la partición de España en dos orillas bien distintas y, como en casi todas las suyas, llegaba a conclusiones bastante conservadoras después de haber analizado bien la situación; algunos de sus puntos de vista perviven en la Sevilla de hoy.
El savoir faire ha quedado como distintivo de las franquicias, mientras el nivel económico y democrático alcanzado ha propiciado una rebelión social en la que cualquier protesta, aun sin base, vale y también vale que sea aprovechada por el adversario. Así hemos llegado al esperpento de un vicerrector viéndose obligado a decir que no puede asegurar que todos los árboles trasplantados se salven (cuando nadie podría asegurar que todos se hubieran salvado donde estaban) o que el duelo a cuatro bandas por un puesto escolar produzca la paradoja de dejarlo desierto. ¡Que incluyan en las campañas de fomento de la lectura libros como los de Sánchez-Albornoz y Ortega!
Antonio Zoido es escritor e historiador.
