Finalista con sabor a ganador: así recibió anoche en Barcelona la joven periodista sevillana Eva Díaz Pérez la segunda mención del premio Nadal de novela 2008, en una ceremonia en la que el jurado declaró ganador al escritor catalán Francisco Casavella.
La España del exilio, ese país que no pudo ser tras la Guerra Civil y cuyo legado aún no se ha incorporado de manera definitiva a la Historia de nuestra cultura, le ha valido a Eva Díaz Pérez (Sevilla, 1971) ser finalista del premio literario más antiguo de España, por el que recibirá 6.000 euros, y el ganador, 18.000.
Aunque se le adelantó el escritor Francisco Casavella (Barcelona, 1963), que ha abandonado en esta ocasión su obsesión literaria por la Ciudad Condal para adentrarse en una suerte de novela histórica sobre la expulsión de los jesuitas del reino de España, la distinción a Eva Díaz Pérez confirma en el panorama nacional a una joven escritora de carrera literaria incipiente -con dos novelas publicadas- y hasta la fecha centrada en algunos de los episodios históricos más sobresalientes de la capital hispalense.
En esta ocasión, la periodista ha sido premiada por El Club de la Memoria, una novela que fue presentada a concurso con el título provisional Antes de la niebla y bajo el seudónimo Raphael de Ärch. Atrapada en los más laberínticos episodios históricos de su país, y empeñada también -como ya hiciera en sus dos trabajos anteriores- en reivindicar los sucesos y personajes que no aparecen en la Historia oficial, Eva Díaz Pérez realiza en este libro un recorrido por el tiempo de las misiones pedagógicas, ciertos momentos de la Guerra Civil, la II Guerra Mundial (campos de internamiento francés, de exterminio nazi, el París ocupado y la Resistencia) y la tragedia estremecedora de los exiliados, esos personajes arrojados de su época, de su lugar y de su tiempo, obsesionados con el regreso imposible a lo que perdieron.
Según explicó anoche la propia autora, se trata de "una historia sobre el pasado, pero un pasado que se reconstruye desde el presente, porque la única salvación, probablemente, sólo está en la memoria" La historia arranca cuando una restauradora de viejos documentales que trabaja en la Filmoteca Nacional descubre por azar la pista sobre unas bobinas que el cineasta Val del Omar filmó durante las Misiones Pedagógicas y que se creían perdidas. Al mismo tiempo, entre los documentos del legado encuentra una fotografía que despierta su interés.
