La sombra de Moncloa sobre el PP andaluz

Moreno busca un partido más andaluz y centrado, pero decisiones del Gobierno de Rajoy como el bloqueo a la reapertura de Aznalcóllar, que el PP-A apoyó, o la reforma del aborto lo complica

el 19 mar 2014 / 09:00 h.

JUAN MANUEL MORENO PRESIDE EN SEVILLA REUNIÓN COMITÉ DIRECCIÓN PP-AEl nuevo líder del PP-A, Juan Manuel Moreno Bonilla, se ha propuesto que su partido suene distinto, «más centrado y permeable», que tenga más «base social» y parezca «hecho en Andalucía y por los andaluces». No es una mala carta de presentación, habida cuenta de que últimamente los socialistas acusan a la marca PP-A de ser una «franquicia de la calle Génova [sede central del partido] que defiende más los intereses de Mariano Rajoy que de Andalucía». Pero al propósito de Moreno Bonilla de lograr un PP andaluz con voz propia no le viene nada bien enterarse por la prensa que el Gobierno de Mariano Rajoy iba a recurrir la reapertura de la mina de Aznalcóllar, una medida de la Junta que recibió el voto favorable de los populares andaluces en el Parlamento hace sólo tres meses. «No lo sabíamos», admitió ayer el nuevo portavoz del grupo, Elías Bendodo. O las últimas declaraciones del ministro Alberto Ruiz Gallardón en el Congreso, afirmando que «lo que caracteriza y define a Andalucía» es el paro, el fracaso escolar y la corrupción del caso ERE. Estos movimientos y expresiones de dirigentes del PP en Madrid emborronan la labor del PP andaluz, y le facilita al PSOE retomar el viejo y efectista discurso del agravio de la derecha con los andaluces. A los populares les irrita que los socialistas identifiquen sus críticas hacia la Junta con un ataque a Andalucía, pero siempre que sucede van irremediablemente a rebufo de la indignación que provocan. Así ocurrió cuando la ministra Ana Mato llamó «analfabetos» a los niños andaluces, o cuando Esperanza Aguirre mencionó las «pitas, pitas» para criticar las subvenciones que recibe esta región. A Moreno Bonilla tampoco le facilita el viraje a un mayor centrismo el anteproyecto de ley del aborto del Gobierno, un texto que está provocando disidencias puntuales entre miembros del PP-A, sin que el nuevo líder –hasta hace 10 días número dos del Ministerio de Sanidad– aún se haya posicionado abiertamente al respecto. Ayer mismo, la número dos del partido, Dolores López Gabarro, que también es alcaldesa de Valverde del Camino (Huelva), eligió no rechazar una moción del PSOE que pedía la retirada de la ley del aborto durante un pleno en su ayuntamiento. Bendodo explicó luego que la abstención de la secretaria general del PP-A –también IU se abstuvo– es «lógica» porque «son muchos los dirigentes del partido que confían en que este texto se mejore en el trámite parlamentario que le queda». Desde Olivares, la presidenta de la Junta, Susana Díaz, reclamó al PP-A que no se esconda en la abstención en un tema tan delicado para la mujer como el derecho de interrupción del embarazo. «La abstención es una manera oculta de decir que están a favor de la ley y que no quieren pedir al Gobierno que la retire», dijo Díaz. López Gabarro participó ayer en el comité de dirección del PP-A, pero eludió valorar su abstención en el consistorio. El nuevo líder de los populares andaluces ha recibido el encargo y el apoyo del presidente Rajoy para «mejorar la cuenta de resultados» en Andalucía, lo que en lenguaje llano equivale a ampliar la mayoría de votos que obtuvo Javier Arenas en las últimas elecciones y poder gobernar en la única comunidad donde aún no lo han hecho. Moreno ha empezado por articular un discurso diferente en el que aspira a mantener el equilibrio entre «la experiencia y la renovación». Pero los socialistas siempre le van a incomodar situándole de cara a Rajoy y de espaldas a Andalucía, de modo que el reto para consolidarse como el barón del PP en la región más poblada de España –igual que lo fue para sus predecesores– será saber cuándo defender sin fisuras al Gobierno, y cuándo plantarse.  Lo último ya lo ha hecho más decididamente al mostrarse «avergonzado» por la red Gürtel, una trama de sobornos que salpica a su partido, y que ahora parece penetrar en Andalucía a través de informes policiales que apuntan a la alcaldesa de Jerez, María José García Pelayo, y el entorno de Arenas. Nuevo programa. Por ahora, el interés de Moreno por la renovación es tan indisimulado, que ayer el comité de dirección se reunió para empezar a trabajar en «el nuevo programa de Gobierno» del partido con el que «aspira a alcanzar la Junta». Bendodo se estrenó como portavoz presentando los diez ejes sobre los que se estructurará ese «nuevo programa» –sanidad; educación y universidad; administración pública; justicia; infraestructuras y vivienda; nuevas tecnologías e industria; agricultura y medioambiente; turismo; cultura e igualdad–. Pero en vez de explicar en qué consistía la novedad con la que el partido abordará estas áreas, optó por desgranar los problemas que el PSOE ha generado en cada una de ellas durante 30 años de gobierno. Andalucía es la única región del país donde el PP nunca ha ostentado el poder, 30 años de intentos fallidos en las urnas, que el nuevo presidente del partido admite con autocrítica –«si no hay alternancia el problema es del PP»–, pero que sus acólitos siguen achacando al «régimen» socialista. Bendodo enarboló una selección de las críticas más recurrentes del PP contra la Junta en esos 30 años: bancarrota, suspensión de pagos, red clientelar, exceso de impuestos, fracaso escolar, deuda sanitaria... ¿Qué es lo nuevo en «el nuevo programa de Gobierno del partido»? «El PP-A tiene líder nuevo, pero los problemas de Andalucía son los mismo. Este partido tiene el proyecto, los equipos y las ideas para que Andalucía esté en el sitio que se merece», respondió Bendodo.

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