La suerte de la mujer alcanzada por un rayo en Camas

La paciente, de 40 años, abandonó ayer el hospital, donde el equipo que la atendió dio las claves de por qué se salvó.

el 02 dic 2010 / 19:13 h.

Un día después de que Carmen H.R. sobreviviera tras ser alcanzada por rayo cuando paseaba por el centro de Camas, las cuestiones médicas saltan a la mente de todos: ¿cómo es posible que apenas tenga daños después de la descarga? ¿le pueden quedar secuelas? ¿es un hecho habitual? El doctor Fernando Maroto, que la atendía ayer en el área de observación de urgencias del Hospital San Juan de Dios del Aljarafe , afirmó que “no es una extrañeza médica, pero la paciente ha tenido mucha suerte”.

Esta suerte se plasma en cómo le alcanzó la descarga. “Depende de las estructuras vitales: le ha cogido el lado derecho, por lo que no le alcanzó el corazón, que es lo que hubiera provocado la muerte de manera fulminante”, aclaró.

Los únicos restos que le dejó el rayo en su cuerpo “fueron las típicas quemaduras con forma de helecho, que sólo duran un día, y que ya no las tiene”, porque la descarga “le salió por el dedo pequeño del pie derecho, donde tiene una pequeña quemadura sin importancia”, según destacó el facultativo.

La mujer, de 40 años, permaneció vigilada 24 horas, aunque su estado era tan favorable que estaba deseando salir. “Hay que controlar la evolución en las primeras horas, pero ya hemos comprobado que el resto de órganos importantes no han sido dañados”, continuó el médico. De hecho, poco antes de las 19.30 horas, Carmen H.R. salía del hospital acompañada por su marido y con ganas de descansar después del susto.

Pese a que se pudiera pensar que la descarga producida por un rayo es más fuerte que una   eléctrica, el porcentaje de mortalidad es inferior. “Las lesiones por rayo no son una electrocución, sino una fulguración, y en el caso de la eléctrica, la corriente alterna, es más grave”. En el caso del rayo, “si te provoca una arritmia cardiaca te mata, pero la paciente tuvo suerte al pasarle junto a un centro de salud”. Por cierto, el rayo afectó a algunos ordenadores del edificio, así como a un vehículo aparcado junto a la acera.

Éste no es el primer caso de una persona alcanzada por un rayo que llega al hospital del Aljarafe. El 21 de octubre de 2004, una mujer también de 40 años, resultó herida y perdió la audición de un oído al caerle un rayo en una tormenta. La víctima llevaba a su hijo a clase a las ocho de la mañana cuando la descarga impactó en su paraguas, que aunque pudo atraer el rayo también le pudo salvar la vida al amortiguar el impacto.

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