Local

La Tierra, en Sevilla...

Hace más de dos años, la Asamblea General de Naciones Unidas, a iniciativa de la UNESCO y de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, aprobó una resolución en la que se proclama oficialmente 2008 Año Internacional del Planeta Tierra, cuyo lema central es Ciencias de la Tierra para la Sociedad.

el 15 sep 2009 / 07:23 h.

Hace más de dos años, la Asamblea General de Naciones Unidas, a iniciativa de la UNESCO y de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, aprobó una resolución en la que se proclama oficialmente 2008 Año Internacional del Planeta Tierra, cuyo lema central es Ciencias de la Tierra para la Sociedad.

En esta Resolución se advierte del escaso aprovechamiento de la abundante información científica disponible sobre el Planeta Tierra y de su poco conocimiento por parte de la población y por los responsables de la adopción de políticas y decisiones. Se subraya también el convencimiento de que la enseñanza de las ciencias de la Tierra proporciona a la humanidad instrumentos para el uso responsable de los recursos naturales y para construir la infraestructura científica esencial para el desarrollo sostenible.

¿En qué forma pueden las Ciencias de la Tierra aportar beneficios sociales? Como es bien sabido, tanto la vida como el sustento del hombre dependen del agua. Con el aumento de la población crece la demanda de agua potable, esencial para la supervivencia. La mayor parte del agua potable a nuestro alcance se encuentra en los huecos porosos de las rocas, bajo tierra.

Para poder disponer de ella es necesario, por tanto, saber cómo y dónde se distribuyen los almacenes subterráneos de agua, además de perfeccionar los métodos para explotarlos adecuadamente. Un mal uso de este precioso recurso natural puede provocar que se agoten las reservas o que las aguas subterráneas se contaminen. El conocimiento científico y la planificación son, en este caso, fundamentales para asegurar el suministro indispensable de agua.

Otro claro ejemplo de cómo el desarrollo de las llamadas Ciencias de la Tierra pueden contribuir a nuestro bienestar y supervivencia es el caso de los desastres naturales. Fenómenos tan destructivos como el tsunami de Indonesia, ó más recientemente el ciclón Nargis en Myanmar y el fuerte terremoto del suroeste de China, son muestras de la constante actividad interna del planeta. Todos estos procesos geológicos, naturales en si mismos, muchas veces se ven provocados o agravados por la ignorancia y la falta de previsión del hombre.

En España, el riesgo natural que nos afecta con mayor intensidad son las inundaciones. Este peligro se ve incrementado cuando el ser humano interviene inadecuadamente sobre los cauces o la cuenca de los ríos. La investigación geológica permite conocer y evaluar los efectos negativos derivados de la actividad humana sobre la naturaleza, y así ayuda a prevenir y minimizar sus efectos sociales y económicos.

La vida sigue, y el crecimiento de las ciudades parece no tener límite, con edificios cada vez más altos e infraestructuras más y más profundas (carreteras, aeropuertos, almacenes, redes de alcantarillado, vías férreas, líneas eléctricas?). Con ellos aumenta también la necesidad de disponer de los recursos de la naturaleza y se hace imprescindible investigar para encontrar nuevos recursos y mejorar las técnicas para aprovecharlos mejor.

Parece evidente que el crecimiento desmesurado de las ciudades plantea retos geotécnicos y medioambientales que sólo se pueden superar con la aportación de las Ciencias de la Tierra y un sentido cívico alerta.

Con estos ejemplos, y otros muchos pendientes en el tintero, queda patente que un mejor conocimiento científico del planeta en el que vivimos puede proporcionar a la humanidad las herramientas necesarias para un uso sostenible de sus recursos naturales, así como para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sometidos a los vaivenes cíclicos de las restricciones, falta de suministro, sobresaltos y amenazas. Es como si de pronto estuviéramos cayendo en la cuenta de que el modelo que hemos seguido alegremente estuviera acabando su ciclo.

Y es con el fin de difundir estos saberes entre la clase política y el gran público con el que ha arrancado en 2008 el Año Internacional del Planeta Tierra, fundamentado en diez temas esenciales que afectan a todos los países del mundo: aguas subterráneas, peligros naturales, océanos, clima, recursos naturales, Tierra profunda, megaciudades, suelos, Tierra y salud y Tierra y vida.

En España, la principal actividad del evento es una exposición itinerante organizada por el Instituto Geológico y Minero de España en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología que ahora está en Sevilla, tras pasar por Madrid y que recorrerá la geografía en una misión pedagógica realmente necesaria. En esta exposición, llamada "Planeta Tierra", se desarrollan, empleando medios audiovisuales, sensoriales e interactivos, los contenidos esenciales del Año Internacional.

En una de las salas de la carpa que alberga la exposición se puede disfrutar de un audiovisual en tres dimensiones donde se mezclan imágenes reales con gráficos y dibujos que ilustran con claridad los contenidos que se pretenden difundir. Otro de los grandes atractivos de la exposición es un sistema de proyección en forma de esfera, de casi un metro de diámetro, con el que se representa la Tierra y su dinámica: tectónica de placas, movimientos atmosféricos que dan lugar a tormentas y huracanes, etc.

Como remate la carpa dispone de un túnel que simula las entrañas de la Tierra, donde se pueden sentir los efectos de un terremoto, presenciar la erupción de un volcán y observar el discurrir de las aguas subterráneas por una cueva kárstica. Además, se distribuirán trípticos, discos compactos y DVD didácticos e informativos y se ofrecerán conferencias y presentaciones científicas.

A veces no vemos más allá y estamos claramente en factor de riesgo. Nadie pensaba en la crisis alimentaria y aquí la tenemos. Nadie soñó tantos desastres naturales juntos y no paramos de provocar con nuestra dejadez cotidiana. La ignorancia es la madre de todos los vicios y el desconocimiento sobre las aguas subterráneas es la mejor de las pruebas. Cuánto sabemos de pantanos y qué poco de acuíferos.

En Sevilla Emasesa y la Fundacion de las Empresas Públicas de Sevilla, con la ayuda de las Áreas de Medio Ambiente y Educación han querido no dejar pasar el momento de incentivar en nuestro ámbito de actuación la importancia del cambio climático, de las necesidades y obligaciones que nos reclaman atención en el inmediato presente, para defender a través del conocimiento de la gravedad de la situación a escasos años vista, las herramientas y conductas que han de cambiarse si no queremos lamentarnos inútilmente dentro de poco.

Muchas veces, casi todas, una imagen vale más que un millón de soliloquios. Vean la Exposición y comprenderán mejor el asunto. Hasta el 15 de junio y en el Prado de San Sebastián.

Isabel Rábano. Directora del Museo Geominero, Instituto Geológico y Minero de España.

Manuel Copete. Vicepresidente de Relaciones Institucionales de la Fundación de Sevilla.

  • 1