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La tregua de los mosquitos

Los pueblos de las marismas han sufrido un verano con menos insectos.

el 09 sep 2010 / 17:50 h.

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Los vecinos de Pinzón, en una protesta de julio de 2009.

No es que hayan desaparecido de la faz de la tierra, pero los mosquitos, al menos, no están generando el estado de alerta que vivieron los vecinos de las marismas el pasado verano. Sólo un año después de que fueran literalmente invadidos por los insectos, los habitantes de Isla Mayor, La Puebla del Río, Pinzón (Utrera) y El Trobal (Los Palacios y Villafranca) están disfrutando estos meses de una especie de tregua, teniendo en cuenta que estas poblaciones están ya acostumbradas a la convivencia verano tras verano con este incordioso compañero. “El mosquito este año pica, pero no agobia como en 2009”, reconoce José Ramón del Valle, concejal de la pedanía de Pinzón.

La autorización del Ministerio de Medio de Ambiente de la utilización de fitosanitarios en los arrozales –el lugar donde se alojan las larvas de donde salen los mosquitos con la llegada del calor– y la fumigación en los cascos urbanos bastó para evitar que se reprodujeran situaciones tan críticas como la de 2009, que llevó a los vecinos incluso a manifestarse por la falta de medidas. No en vano, el año pasado se juntó todo en contra de estos pueblos: un verano caluroso –eso dispara la presencia de mosquitos– sumado al veto de la Unión Europea a una serie de pesticidas que eran las únicas armas de los arroceros para combatir la aparición de los molestos visitantes.

Las medidas adoptadas en el terreno se traduce en “que se haya reducido su presencia a la mitad”, según calcula el concejal. Con esto no quiere decir que sus residentes hayan tirado las mosquiteras a la basura y no hayan recibido ni una picadura de su enemigo público número uno. “Los mosquitos no se han esfumado, pero por lo menos se han mantenido a raya y no han sido tan molestos”, se sincera el alcalde de Isla Mayor, Ángel García Espuny (IU), quien se pudo tomar unos días de descanso en las costas de Huelva, donde confesó que había visto “más mosquitos” que en su pueblo.

El regidor calcula que desde el pasado 10 de julio –cuando se iniciaron las fumigaciones– estos insectos dejaron de ser protagonistas. El concejal de Pinzón corrobora esas impresiones: “Hemos tenido al mosquito que pica, pero no al molesto del año pasado, que venían en manifestación y con mucha virulencia”. Eso sí, habla de la difícil convivencia en estos pueblos, pese a la mejoría, como que “uno no puede tomarse una cerveza de noche porque lo acribillan a picotazos”.

Cuando concluya el verano, regresará la calma total a estos municipios, que no obstante ya están trabajando de cara al próximo para que no se vuelvan a repetir las plagas que se vivieron en 2009 y 2003 y que los pusieron en jaque.

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