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''La última palabra del combate no la tienen los hijos del terror''

Los funerales por los guardias civiles asesinados el jueves en Palmanova: Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá reunió ayer en la catedral de Palma de Mallorca a políticos de todo el espectro ideológico, que junto con los Príncipes de Asturias y las infantas Elena y Cristina dieron ánimos a los familiares de los fallecidos.

el 16 sep 2009 / 06:32 h.

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Los funerales por los guardias civiles asesinados el jueves en Palmanova: Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá reunió ayer en la catedral de Palma de Mallorca a políticos de todo el espectro ideológico, que junto con los Príncipes de Asturias y las infantas Elena y Cristina dieron ánimos a los familiares de los fallecidos.

El funeral fue oficiado por el arzobispo castrense, Juan del Río, que pidió que no se caiga en el desánimo frente al "totalitarismo nunca justificado" de la banda terrorista, antes de afirmar que "la última palabra de este combate" no la tienen "los hijos del terror", sino quienes, como los dos jóvenes asesinados, trabajan por la paz, la justicia y la decencia en la sociedad. En la homilía, el arzobispo rindió tributo a los dos jóvenes, "asesinados vilmente por la hiriente crueldad de la salvaje estrategia terrorista de ETA", una organización que intenta amedrentar y someter a los ciudadanos españoles.

Antes de que diera comienzo la ceremonia religiosa, don Felipe y doña Letizia dieron el pésame a los emocionados familiares de Carlos y Diego. En medio del silencio contenido de los palmesanos que se habían acercado a despedir a los agentes fallecidos, las autoridades civiles y militares presenciaron la salida de los féretros del vecino Palacio de la Almudaina, donde había permanecido instalada la capilla ardiente, y su entrada en la catedral, a los acordes de la marcha fúnebre. Aplausos y vivas a España y a la Guardia Civil rompieron el silencio durante el recorrido de ambos ataúdes, cubiertos con la enseña nacional y claveles rojos, portados a hombros por compañeros de las víctimas y precedidos por las cruces de oro al mérito de la Guardia Civil que impuso ayer a los dos agentes a título póstumo el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que viajó a Palma junto con el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy.

Entre los políticos que también asistieron al acto se encontraba el lehendakari, Patxi López, que suspendió las vacaciones para acompañar a las familias de los dos agentes fallecidos.

Los restos mortales de Salvá, quien se había reincorporado a su puesto en la Guardia Civil esta misma semana tras meses en coma por un accidente, fueron inhumados en Palma, mientras que los de Sáenz de Tejada fueron trasladados a Burgos. En esta ciudad es donde se realizó una de las concentraciones silenciosas de repulsa más multitudinaria, con unas 7.000 personas, aunque prácticamente en toda España se guardaron unos minutos de silencio. Ya por la tarde, más de 5.000 personas acudieron a la concentración de Calvià contra el atentado de ETA.

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