Cultura

La última puerta grande del torero Diego ‘Valor’

Un funeral celebrado en San Bernardo dio el último adiós al gran diestro sevillano.

el 01 dic 2011 / 20:53 h.

El féretro con los restos mortales del torero Diego Puerta, es llevado a hombros por el ruedo de la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla.

En San Bernardo olía a cera nueva. La Virgen del Refugio vestía un manto celeste y Campamento o la Calle Ancha parecían Antonia Díaz o Iris en una tarde de toros. A la parroquia de los toreros sevillanos había llegado el féretro con los restos de Diego Puerta procedente del Ayuntamiento. Allí había recibido el último homenaje de la ciudad en la que nació hace 70 años, la misma que llevó por bandera en aquella década prodigiosa que ya está en la historia como la Edad de Platino del toreo.

Poco antes del mediodía, el viejo arrabal era un hervidero de toreros de todas las épocas y todos los metales que quisieron rendir el último adiós a uno de los grandes. Paco Camino y El Viti, sus compañeros de tantas y tantas tardes, sobresalieron sobre el largo y ancho muestrario del personal de coleta, en el que sobresalía el rostro de toreros como Curro Romero, José Luis Galloso, Andrés Vázquez, Espartaco, Manuel Ruiz Manili, Tomás Campuzano, o el de diestros más jóvenes como Salvador Cortés, Esaú Fernández o Alfonso Oliva Soto. Manuel Benítez El Cordobés, acompañado de Martina Freisse, su mujer, mostró su grandeza de figurón del toreo definiendo a Puerta como "un gran amigo, un hermano y un monstruo de los que te apretaban las tuercas en la plaza".

Santiago Martín El Viti -señorial, impecable y emocionado- no podía dejar de referirse a su compañero señalando: "Todos tenemos un día; llevaba bastantes días muy preocupado y siempre te agarras a la última esperanza pero tenemos que recordar las muchas cosas buenas que compartimos dentro y fuera de la plaza". En todos los corrillos se repetía la misma reflexión y se apuntaban las ausencias: se iba uno de los más grandes sin que hubiera recibido todo el reconocimiento que sí se derrochó con otros que, en el tiempo de Puerta, no pasaron de buenos toreros.

EN LA PLAZA DE TOROS

El funeral fue un encuentro de la gente del toro. Prestigiosos subalternos como Curro Puya, José Rodríguez El Pío, Paco López, Paco Puerta o Luis Arenas; ganaderos como Álvaro Domecq Romero, Luis Guardiola, Borja Domecq o Eduardo Miura encabezaron la extensa representación de la afición taurina hispalense que acompañó a los familiares en el traslado de los restos del torero a la plaza de la Real Maestranza.El fiscal del cuerpo nobiliario, Santiago Léon Domecq, recibió al duelo en la embocadura de la Puerta del Príncipe y franqueó la entrada al cortejo fúnebre al inmenso ruedo del coso del Baratillo. Diego Puerta daba así la última vuelta al anillo en la plaza de su vida acompañado de los últimos vítores de "torero, torero" a hombros de los hombres de luces. Sus restos serían traslados después al crematorio de la localidad sevillana de La Algaba para ser incinerado en la intimidad familiar.

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