El turno de noche de la Policía Local volvió a patrullar ayer. Después del plante del pasado jueves, cuando una veintena de agentes comunicaron que se encontraban enfermos, el Consistorio había solicitado ya refuerzos a la Subdelegación del Gobierno. Finalmente, no se repitió la baja masiva.
Tanto el Ayuntamiento como los sindicatos aguardaron ayer toda la jornada la actitud que tomarían los agentes de la unidad nocturna. El pasado jueves, en una brusca maniobra, fueron llamando uno a uno a la Jefatura de Policía Local para alegar una enfermedad que les impedía ir a trabajar.
La incertidumbre se mantuvo hasta las diez y media de la noche, hora en la que, según fuentes policiales, empezaron a patrullar los agentes. A algunos de los que prestaron servicio, según fuentes sindicales, no les correspondió trabajar el pasado jueves, cuando se produjo la baja masiva, mientras que otros se reincorporaron a sus plazas tras la supuesta enfermedad.
La inesperada situación generada el pasado jueves y la incertidumbre que ha prevalecido durante todo el fin de semana llevaron a la Delegación de Convivencia y Seguridad a solicitar refuerzos de la Policía Nacional a la Subdelegación del Gobierno para evitar que la ciudad quedase desprotegida toda la noche. Desde el Ayuntamiento garantizaron en todo momento que habría agentes suficientes en la calle aunque se mantuviese el plante de la unidad nocturna.
En el regreso de los agentes ha influido, según fuentes sindicales, el desarrollo de los acontecimientos en los últimos días. Las bajas cogieron prácticamente desprevenida a la Jefatura de Policía, pero no fue necesaria una reestructuración de los servicios debido a que se logró la presencia de la Policía Nacional. Los constantes llamamientos al diálogo y las conversaciones previstas a lo largo de esta semana han facilitado el retorno de los policías a sus puestos de trabajo.
El conflicto se desató el pasado jueves, pero no ha tenido continuidad a lo largo del fin de semana, debido a que las noches del viernes y el sábado las patrullas las realiza otra unidad especializada en cuestiones como la aplicación de la ley antibotellona. La actitud que adoptasen los agentes en la jornada de ayer era determinante para definir la envergadura del conflicto y la posibilidad de adoptar medidas disciplinarias contra los agentes.
Pese al anuncio realizado por el Ayuntamiento el pasado viernes de que estudiaría aplicar sanciones a los agentes tras realizar una investigación sobre los hechos, las posibilidades de adoptar estas medidas son escasas. La Ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y el Reglamento del Personal Funcionario municipal califican la ausencia injustificada de un día como una falta leve.
Ésta sólo tendría como consecuencia un apercibimiento y en todo caso la retirada del sueldo correspondiente a esa jornada. Pero para poner en marcha este mecanismo, alguno de los agentes tendría que carecer de un certificado médido, opción poco probable. Para dar un paso más, la Delegación de Convivencia tendría que demostrar que se produjo una huelga encubierta, una posibilidad sin apenas precedentes en la Administración local, según informaron fuentes sindicales.
Tanto el Sindicato de Policía como CCOO -desde el comité de empresa- han reclamado al Ayuntamiento que no aplique medidas disciplinarias por lo ocurrido y que esta situación permita que se aborde la situación de la unidad en una mesa de negociación en la que estén presentes todos los representantes sindicales -de las dos centrales citadas y de UGT-.
El conflicto de la unidad nocturna viene de lejos y sobrevuela cualquier negociación en el seno de la Policía Local. Los agentes se quejan de que ya no reciben llamadas relacionadas con la seguridad ciudadana -por la reorientación del servicio- y que la plantilla del grupo ha descendido a menos la mitad, de 90 a 35.
