Deportes

La Unión hace la fuerza

Las sinergias que desarrollan Mairena, CAR, y Helvetia producen un florecimiento del rugby. El modelo vence a la crisis.

el 19 nov 2014 / 19:06 h.

POLIDEPORTIVO 14-15 Foto de familia de los distintos equipos del Mairena, en el entrenamiento de ayer en Cavaleri. Foto: Manuel Gómez Dame un punto de apoyo y moveré el mundo. El principio de Arquímedes, trasladado a esta bonita historia que es el Unión Rugby Aljarafe, es una idea que ha dado origen a un nuevo y exitoso modelo, que a la vista de los resultados, empuja mucho más en la melé que la crisis que se ha llevado por delante tantos proyectos ideados al calor de un dinero que ha desaparecido. Podría parecer obvio, pero construir sinergias, por muy lógicas que sean, no siempre es fácil. Que se lo digan a Alejandro Aguilera, presidente del club, un histórico del rugby sevillano, ligado durante tantos años al Universidad de Sevilla. Desde 2007 ha intentado un cambio normativo en la asamblea de la Federación Española (FER) para organizar una estructura piramidal cuya base de cantera son clubes distintos, el Mairena y el Club Amigos del Rugby (CAR), que a su vez confluyen suministrando jugadores al equipo nodriza, en este caso el Helvetia, que compite en la División de Honor B. El 10% de los recursos que consigue el club de élite ayuda a financiar a cada uno los dos filiales, que siguen teniendo identidad propia, y mantienen a sus jugadores. El Consejo Superior de Deportes aprobó la nueva normativa, tras el respaldo de  la asamblea de la FER, el pasado mes de febrero, y esta temporada se ha puesto en funcionamiento en competición. En la aproximación al día al día del Mairena, o Unión Aljarafe Rugby, un nombre que es todo un símbolo porque el club ha extendido sus redes por toda la comarca, se descubre cómo ha ido arraigando el oval en la localidad y su área de influencia. Aprovechando la tradición del colegio Aljarafe, Aguilera explica que de empezar hace unos años sólo con juveniles y cadetes, teniendo que ceder los derechos de competición al CAR, han pasado a tener 180 fichas, con equipos desde alevines a senior y sin posibilidad de ampliar por no tener disponibilidad, por la competencia, un tanto recelosa, del fútbol, de más horas para entrenar en el campo del complejo Cavaleri, donde “tenemos que hacer un plano para repartir a los diferentes equipos. No queda ni un metro de hierba libre”.  En el inicio, la mayoría de los jugadores y la gente implicada en el club eran de Sevilla, del antiguo Universidad, que siempre tuvo lazos con Mairena. Ahora, el 65% son jugadores del Aljarafe, y los dos equipos femeninos están compuestos, con alguna excepción, por jugadoras de Mairena. La mayoría de la gente que se aproxima son nuevos en el rugby. La clave está en el acuerdo con los siete colegios de la zona cercana al club: además del Aljarafe, Guadalquivir, Cavaleri, Santa María del Valle, El Olivo, Marismas y Juan de Mairena. En ellos, el rugby forma parte de la oferta de horas extraescolares. “Hay niños que sin estar federados, saben jugar, se ven gestos”, expone. Y los niños arrastran a los padres, y con ellos “en el Ayuntamiento, que nos ayuda en lo que puede, nos va haciendo más caso”. En la base de todo hay un profundo sentido altruista. Aquí no solo no cobra nadie, sino que los jugadores tienen que pagar su ficha y una cantidad adicional (unos 60 euros anuales) para que el club pueda subsistir. Y los entrenadores, que suelen ser a su vez jugadores, también del Helvetia, se pagan sus cursos. La relación con el CAR, cuenta, es fluida. De hecho, “antes de iniciar este modelo había piques que ahora no existen. Deportivamente les decimos a los chicos que al CAR hay que ganarle, pero en el futuro saben que compartirán equipo en el Helvetia”. El sueño es más grande aún: “nos gustaría que más clubes, el Ciencias, San Jerónimo, con el que ya hemos hablado, se unieran para formar un gran club de Sevilla, y que los mejores de todos los equipos jugaran en la élite juntos”.

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