La Universidad de Sevilla registró el pasado año un total de 69 patentes, de las que 37 fueron españolas o modelos de utilidad, 27 internacionales y 5 programas de ordenador, según recoge el último Anuario Estadístico editado por la institución académica, cinco más que el pasado año y que consolida el crecimiento sostenido experimentado en los últimos años.
Estas cifras sitúan a la Universidad de Sevilla a la cabeza de las entidades solicitantes de patentes en el pasado año. De hecho, ocupa la sexta posición entre las mismas, superada sólo por organizaciones como CSIC, Airbus España o Telefónica, y la segunda universidad española, por detrás de la Politécnica de Madrid.
El sector que más patentes acumuló el pasado año entre las registradas por la Universidad de Sevilla es Electrónica, con diez, seguido de Medicina (7), Medio Ambiente (4) y Construcción (4). Los otros sectores que registraron patentes fueron Agroalimentación (3), Biotecnología (3), Energía (3), Procesos Productivos (2), Educación (1) e Ingeniería Aeronáutica (1).
De las citadas 37 patentes y programas de ordenador, 14 se registraron en la ETS de Ingeniería, 8 en la ETS de Ingeniería Informática, 4 en las Facultades de Farmacia y Química, 3 en la Facultad de Medicina y la ETS de Arquitectura, 2 en las Facultades de Biología y Física y 1 en las Facultades de Ciencias de la Educación y de Enfermería, Fisioterapia y Podología.
Por Áreas Científicas, la que más patentes y programas de ordenador ha registrado es Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (15), seguida de Biología y Biotecnología y Ciencia y Tecnología de la Salud, con 7 cada una de ellas; Tecnologías de la Producción (6); Física, Química y Matemáticas (3); y Ciencias Sociales, Económicas y Jurídicas (1).
La última edición del Anuario Estadístico de la Universidad de Sevilla (2010-2011) se ha editado en formato abreviado y bilingüe, mientras que su versión completa está disponible en formato electrónico contenida en una tarjeta USB. De este modo, se suprime la edición completa en papel para sustituirse por una tarjeta, cumpliendo así con el compromiso con la mejora del medio ambiente mediante un consumo responsable del papel.
