Aunque Rompetechos -el personaje de Francisco Ibáñez cabezón, bajito, miope y despistado- nada tiene que ver con la vicepresidenta primera del Gobierno de Rodríguez Zapatero, bien podrían compartir el apelativo. En el caso de María Teresa Fernández de la Vega porque para el Consejo Social de la Universidad de Sevilla ha logrado destrozar ese obstáculo invisible que impide el acceso de las mujeres al poder.
Por eso recibió ayer el primer galardón El Techo de Cristal. Un acto que aprovechó para lanzar algunos dardos.
La primera mujer que presidió el Consejo de Ministros (porque Rodríguez Zapatero estaba de viaje) aterrizó en Sevilla -con media hora de retraso- tras otra bronca con los populares en la sesión de control del Congreso. Una hora y media más tarde volvía a subirse a otro avión. De vuelta. Antes, el público mayoritariamente femenino del Paraninfo fue testigo de cómo hacía un llamamiento a la igualdad y la paridad, de cómo advertía de que la crisis económica amenaza con afectar más duramente a las mujeres y de cómo denunciaba que la globalización ha agravado el tráfico y la trata de mujeres.
Entre tanto, más dardos: "No caben los ceses temporales y las renuncias parciales porque esa forma de estar en política daña no sólo la propia reputación de los servidores públicos, sino la vida pública misma y la democracia". Sin nombrar a los dirigentes del PP ni el caso Gürtel, la vicepresidenta primero llevó su discurso hasta el debate político nacional, sin darse cuenta de que, en Sevilla, la diana es de otro color. Aquí el caso Mercasevilla salpica a los socios de Gobierno municipal, PSOE e IU.
Lejos de madrid. Sin caer en este detalle, María Teresa Fernández de la Vega defendió que "ahora más que nunca es el momento de la honestidad". "No puede haber titubeo alguno, no puede haber pasos en falso ni marcha atrás en la defensa de una vida pública limpia, digna, libre de sospechas y abierta a todos los ciudadanos. En un momento así, no caben las medias tintas", apuntó antes de remarcar que rendir cuentas es parte de la responsabilidad de los líderes políticos sea del color que sea. Eso sí, algunos faltaron al acto, como el alcalde, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, que sólo la recibió en la puerta de la Universidad para irse después a la presentación del proyecto de las Atarazanas. Al rector de la Universidad, Joaquín Luque, también se le echó en falta (estaba en el Claustro). Sí escucharon sus palabras la consejera de Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro; la delegada de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto Castro; el vicepresidente de las empresas municipales, Manuel Marchena, y la ex diputada y miembro del Consejo de Estado Amparo Rubiales. La presidenta del Consejo Social de la Hispalense, María Luisa García, destacó los 20 años de carrera política de Fernández de la Vega y le dio la enhorabuena por romper el "techo de cristal", mientras que la vicepresidenta apostó por seguir trabajando en aras de la igualdad y la paridad "porque queda mucho por hacer".
Como botón de muestra, algunos datos: de los 42.000 representantes parlamentarios que hay en todo el mundo, apenas el 15% son mujeres y casi el 93% de los rectores de las universidades públicas españolas y el 86% de los catedráticos son hombres. A su juicio, los viejos surcos de la discriminación aún son más profundos que los nuevos cauces de igualdad.
