Cultura

“La vida no es más que una mala copia de la ficción, y así nos va”

Entrevista con el poeta Rafael Suárez Plácido, autor de 'El descubrimiento del Bósforo'.

el 27 oct 2013 / 23:30 h.

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15269841 Rafael Suárez Plácido

Rafael Suárez Plácido (Sevilla, 1965) se le presenta con frecuencia como “poeta tardío”, por haber esperado hasta 2008 para publicar su primer libro, El descubrimiento del Bósforo, y cinco años más para su última entrega, Simulacro, que acaba de ver la luz en las ediciones de la Isla deSiltolá.

Él resta importancia a ese marchamo:“En la poesía, la juventud no tiene tanta importancia. En la vida literaria, o incluso en los mundillos de la vida poética, sí que la tiene”, comenta. “Si quieres entrar en un grupo determinado, o ser considerado en tu ciudad, por ejemplo, tiene que ser de joven. Pienso que no sólo es una virtud, sino que es necesario... Pero hablamos de la poesía, de la escritura. Para esa labor, silenciosa y solitaria, la edad o la experiencia más bien sí son esenciales. Ser escritor tardío tiene el inconveniente de que nadie te conoce, nadie sabe qué puede esperarse de ti. Y la mayoría de la gente, también de los poetas y lectores de poesía, no leen poesía, y menos de alguien a quien no conocen”, agrega.

Sobre el título de su poemario, el sevillano asegura: “Siempre he pensado, desde hace muchos años, que había algo en la vida, en la sociedad a todos sus niveles, que fallaba. Pensaba en la palabra mentira, pero no terminaba de verlo claro. Hace unos años conocí el término simulacro, y profundicé en él, en Foucault, en Baudrillard... Entendí que era ese fenómeno misterioso que se daba en nuestro mundo, donde todo es un simulacro. A veces, la poesía refleja ese sentido de la vida. Estos últimos años, el ciberespacio es el lugar al que se ha desplazado ese simulacro”, asevera Suárez Plácido.

En ese sentido, en el libro hay lecturas que pasan a formar parte de tu vida, y vivencias que se convierten en literatura. “Las lecturas son siempre parte de mi vida. Hoy hablaba con mis alumnos, de 4º de ESO, y les decía que me contasen experiencias de su vida, cuando era imposible que la mayoría de ellos tuvieran experiencias semejantes a las de los textos que leían... Pero, en cambio, sí conocían casos parecidos por lecturas o, mucho más, por películas o series. Esos conocimientos o simulacros pasan a formar parte de sus experiencias con mucha más fuerza que algunas vivencias. La vida no es más que una mala copia de la ficción, y así nos va”.

El autor defiende la poesía “que tenga en consideración la verdad, aceptando el simulacro como parte de esa verdad: González Iglesias, Manuel Vilas, García Casado... Y por encima de todos ellos, José Luis Piquero. Los más jóvenes no me interesan. Los que necesitan algo más que palabra para vender su poesía. Tampoco me interesan los autores afines a grupos religiosos... De todas formas, el poeta que más me interesa de la primera mitad del siglo pasado es Cernuda. Hay varios aspectos en los que me siento muy identificado con él, especialmente ese sentimiento de estar siempre fuera de lugar”.

Cuando se le pregunta qué espera de Simulacro, no lo duda: “Espero lectores. Espero personas que lo lean y se sientan tocados por lo que leen. Sé que es mucho pedir, que es lo más que se le puede pedir a un libro, o a una película, o a un tema musical. Pero definitivamente espero eso, que lo lean y que no se queden impasibles ante lo que han leído. Aunque el resultado de esa lectura pueda no ser siempre positivo”, apostilla

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