Los sistemas inteligentes para el hogar, que hasta ahora han estado restringidos a los bolsillos más pudientes, llegarán a medio plazo a la VPO. La empresa sevillana Domonova ve en este área una buena oportunidad para crecer, en un negocio al que no ha hecho mella la crisis del ladrillo.
Persianas que se suben y se bajan solas, luces que se encienden cuando alguien llega o cuestiones más prácticas, como detectores de escape de gas o de fuego, estarán en breve al alcance de todos. El gerente de la firma sevillana Domonova, Pedro Núñez, que se dedica en exclusiva a este negocio desde 2006, asegura que el sector de la VPO "cada vez se interesa más por montar la preinstalación de sistemas domóticos en las viviendas, por lo que el futuro para empresas como la nuestra es bastante optimista".
Y no sólo el horizonte que se abre para la firma de domótica está despejado por esta cuestión, sino también porque, en contra de lo que pudiera parecer, "el negocio está creciendo en momentos de crisis". "Todo el mundo nos dijo que nos iba a ir mal por la situación de la construcción y ha sido justo al contrario, ya que la vivienda libre ha visto en la domótica un valor añadido a la hora de vender más rápido", indica Núñez. Sin embargo, Domonova no está acometiendo grandes proyectos inmobiliarios. "Con la de impagos que se dan, es mejor elegir promociones pequeñas, como las que hemos cogido este año, de unas diez viviendas como mucho", destaca.
Los servicios domóticos de la empresa van en tres direcciones. La primera de ellas está destinada a la seguridad, con alarmas para avisar sobre la entrada de intrusos, escapes de gas o fuegos. Ésta es precisamente "la que tiene más futuro en la VPO, donde se construirá la preinstalación para que todo el que quiera añada este sistema a su casa".
Otra de las opciones es instalar servicios que ofrecen un mayor confort, como que las persianas se abran dependiendo de la luz que entre en la vivienda o el control de la misma a través de cámaras, "que se usa mucho en segundas residencias". La otra opción es utilizar la domótica como mecanismo de protección al medio ambiente. "Se puede conseguir un ahorro de hasta el 50% en el consumo de luz", precisa Núñez.
En concreto, Domonova se encarga de elaborar proyectos de este tipo, aunque no de instalarlos. El precio puede variar, y mucho, dependiendo de las exigencias del cliente. "Los proyectos básicos pueden costar incluso menos de 500 euros, aunque hay algunas personas que solicitan otros que superan el medio millón de euros", precisa.
En lo que se refiere a la competencia, asegura que es "un negocio incipiente" y que hay pocas empresas que se dediquen en exclusiva a la domótica. "Andalucía juega un papel muy importante en este sector, porque hay empresas muy fuertes, sobre todo en Málaga", sentencia.
