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Las agresiones racistas en Andalucía pasan de 700 a 24 en apenas dos años

No hay que bajar la guardia, pero la estadística, por una vez, es esperanzadora: las agresiones racistas y homófobas en Andalucía han pasado de superar las 700 en 2005 a 24 sólo dos años después, en 2007. Dos claves explican el descenso: la falta de incidentes en Almería, antiguo foco de ataques, y la desaparición de los conciertos skin en la Costa del Sol.

el 15 sep 2009 / 19:09 h.

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No hay que bajar la guardia, pero la estadística, por una vez, es esperanzadora: las agresiones racistas y homófobas en Andalucía han pasado de superar las 700 en 2005 a 24 sólo dos años después, en 2007. Dos claves explican el descenso: la falta de incidentes en Almería, antiguo foco de ataques, y la desaparición de los conciertos skin en la Costa del Sol.

Los llamados crímenes del odio, que incluyen los ataques xenófobos y homófobos, son ahora 30 veces menos que los registrados hace dos años en la comunidad andaluza. El cambio es tan radical como decir que en 2005 hubo más de 700 agresiones y en 2007, 24. "Si no fuera por la gravedad de este tipo de ataques", la última cifra sería casi anecdótica. Lo afirma Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia (MCI), ONG autora del Informe Raxen 2008 en el que se da cuenta de los casos de racismo, neofascismo, islamofobia y otras manifestaciones de odio en España.

El estudio, avalado con datos del Ministerio del Interior, constata que los casos que más se repiten en la región son las algaradas entre ultras tras los partidos de fútbol (especialmente entre aficionados del Sevilla, el Betis y el Málaga), los ataques a población musulmana y rumana (con amenazas, palizas e incluso algún apuñalamiento) y las pintadas intimidatorias.

La radiografía. Ése es el panorama a finales de 2007. Sin embargo, en 2005 -fecha del último informe del MCI- la radiografía era mucho más escalofriante: asedio a familias enteras, palizas por rutina, tres muertes de inmigrantes e indigentes, actos de reivindicación neonazi publicitados y a la vista... ¿Qué ha cambiado para que la cantidad y la gravedad de los casos haba bajado tanto? Según Ibarra, hay que mirar a Almería y a la Costa del Sol para entenderlo.

En el primer caso, la provincia se ha "estabilizado" y no se han detectado casos reiterados de persecución contra los inmigrantes que trabajan en la zona de los invernaderos, cuando dos años atrás eran "diarios" los asedios a los marroquíes y argelinos que caminaban del cortijo al pueblo, cuando "se les golpeaba si intentaban comprar en determinadas tiendas" o se les negaba un alquiler.

En el segundo, el de la costa malagueña, el caso es diferente: desde 2002, se había convertido en un potente foco neonazi gracias a los conciertos que organizaban allí grupos de rock que pregonan en sus letras la ideología fascista, como Batallón de Castigo, Nikkis, Nokturnal Mortum o National Socialist Black Metal. Esos conciertos "no son pasado, pero sí residuales".

Congregan a un puñado de jóvenes, en su mayoría extranjeros que se trasladan a la costa de vacaciones y se traen sus propios grupos musicales. Los incidentes que seguían a la salida de estos conciertos se han difuminado, "y lo que encontramos son las típicas peleas entre jóvenes bebidos, pero si apenas alusiones ideológicas".

Otra "cultura". Ibarra sostiene que, más allá de la coyuntura "relativamente favorable" que constatan las cifras, la razón por la que Andalucía no cuenta con un volumen importante de este tipo de crímenes hay que buscarla en la "naturaleza" y la "cultura" de sus gentes. Aquí, sostiene el MCI, la mezcla racial ha sido "una constante", lo que ha forzado durante años una convivencia más pacífica. "El odio al moro, el odio al negro... Eso aquí es muy diferente. Hay pasado de vida en común, no es como en Castilla, por ejemplo. Si a eso se le suma el talante marcadamente progresista de sus ciudadanos, se entiende mejor por qué aquí no cuajan movimientos de ultraderecha ni corrientes skin", añade Ibarra.

Andalucía, con sus 24 episodios racistas y homófobos, es la cuarta comunidad española con más casos registrados en términos absolutos, igualada por Castilla y León. No obstante, por volumen de población, la comunidad sería la segunda que menos agresiones registraría en todo el país.

Hay una tendencia a la baja generalizada, pero también un preocupante repunte en zonas frías hasta hace un lustro, por la gravedad de los casos. Es el caso de Valencia, con 43 agresiones (seis mortales), Madrid, con 36 y Barcelona, con otras 34.

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