Economía

Las ayudas se garantizan hasta 2020 pero con recortes

Casi un tercio de la subvención quedará condicionada a exigencias medioambientales.

el 03 jul 2011 / 20:12 h.

El olivar es el cultivo andaluz que más ayudas europeas recibe.
El Gobierno y la Junta de Andalucía se han desgañitado pidiendo a la Unión Europea (UE) que arbitre para la Política Agraria Común a partir de 2014 y durante su septenio de vigencia un "presupuesto suficiente" que garantice la renta del campo. Pues bien, ya tenemos la propuesta de Bruselas: en concepto de ayudas comunitarias directas y medidas para el control de los mercados habrá 281.800 millones de euros, y para las políticas de desarrollo rural, 89.900 millones. ¿Se trata de partidas suficientes?

 

Por lo pronto, el hecho de que se congele quiere decir que no se adapta siquiera a la evolución de los precios (la inflación), de manera que en 2020 será una PAC con idéntico presupuesto al de 2013.

Sería como si un trabajador europeo cobrara dentro de siete años idéntico salario que el actual. Asimismo, el peso que tiene la PAC se recorta del 39,4% al 36,2% en el conjunto de los gastos del presupuesto comunitario para el periodo 2014-2020.

Si sumamos ambos matices, el dinero para el campo europeo se reduce para el periodo en un 12%, según un informe elaborado por los servicios técnicos de Asaja de Sevilla, siendo "la única partida" del presupuesto global de la UE que verá mermadas sus cuentas para el septenio. En concreto, el llamado pilar uno de la PAC -las ayudas directas- baja un 11% y el segundo -políticas de desarrollo rural- lo hace en un 6,4%. "Y no cabría hablar de congelación", señalan en la patronal agraria.

Como novedades, la Comisión Europea ha propuesto un fondo para gestionar las crisis en la agricultura. Es una consecuencia directa de la reciente crisis del pepino, que reveló que Bruselas carecía de mecanismos financieros rápidos para compensar las pérdidas de los productores de hortalizas. Estará dotado con 3.500 millones para todo el periodo. Se crean, además, un "fondo de ajuste a la globalización" de 2.500 millones, destinado a compensar los acuerdos comerciales "inminentes" con terceros países -aquí se incluiría Marruecos-, otro de investigación agronómica que llega con 4.500 millones y, por último, un cuarto para medidas de seguridad alimentaria con 2.200 millones.

La idea es que la movilización de fondos, sobre todo el que está relacionado con las crisis, siga un procedimiento acelerado -como si fueran ayudas de urgencia-, indica el documento presentado la pasada semana por la Comisión Europea.

Ya se conoce, asimismo, el porcentaje de las ayudas directas que estará vinculado al cumplimiento de una serie de requisitos medioambientales dado que Bruselas pretende que la nueva PAC sea aún más verde que la actual. Con la todavía vigente, se penaliza, y con la siguiente se quita directamente esa parte (es casi un tercio) de la subvención.

No se detalla, pero el Ejecutivo comunitario, en el documento de 89 páginas que conforman las Perspectivas Financieras para la PAC 2014-2020, habla también de limitar las ayudas que reciben las grandes explotaciones (los terratenientes.)

A partir de ahora se inicia un complejo debate presupuestario entre la Comisión, el Parlamento y los estados miembros de la UE, por lo que este presupuesto no es aún el definitivo. La negociación no puede extenderse más allá de 2012. Al final, se suele modificar bastante el documento inicial que se presenta.

Bruselas abre la puerta al trasvase de fondos entre comunidades
El documento de perspectivas financieras de la PAC incluye un apartado dedicado a "una distribución más equitativa del apoyo directo a las rentas del campo". En él, se plantea una medida que traerá polémica, por cuanto supondrá un reparto más igualitario de las ayudas que llegan a los países socios de la Unión Europea y dentro de éstos.

En efecto, se habla de las grandes diferencias que existen en los pagos directos entre los estados miembros, y pone el ejemplo de Letonia, con 94,7 euros por hectárea, y Holanda, con 457,5 euros. La media para el conjunto de la UE es de 269,1 euros. En el caso de España, que el informe no recoge, los últimos datos disponibles indican de que el promedio por hectárea se sitúa en 246 euros.

Bruselas pretende una distribución más equitativa de manera que los países que menos cobran se acerquen a la media europea, lo que supondría el trasvase de fondos entre unos estados y otros. España está ligeramente por debajo del promedio (246 frente a 269,1 euros), de forma que, según el planteamiento, podría aspirar a recibir más fondos de las arcas comunitarias. Como es lógico, los socios más poderosos, como Alemania o Francia, dirán no a la propuesta del comisario de Agricultura, el rumano Dacian Ciolos.

Pero, además, se plantea que dentro de los países se dé esa regla de distribución igualitaria, es decir, que se tienda a la convergencia entre los pagos directos que reciben, por ejemplo, andaluces y cántabros. Es lo que se conoce como trasvase de fondos entre unas comunidades autónomas y otras, y en el que Andalucía llevaría las de perder al ser la principal receptora española de subvenciones europeas y tener, gracias al regadío, una agricultura más productiva que en otras regiones españolas. El asunto traerá su polémica, aunque en el Ministerio del ramo aún no se ha abordado esta situación a la espera de cómo evolucione el documento.


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