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Las cañerías de Ibarburu se cambiarán este año

Después de tres años de peticiones, el ayuntamiento aprobó el plan de mejora urbana de la barriada de Ibarburu, unos arreglos que tienen como objetivo principal sustituir las cañerías de uralita, las últimas que quedan en la ciudad y prohibidas por la Unión Europea.

el 15 sep 2009 / 09:41 h.

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Después de tres años de peticiones, el ayuntamiento aprobó el plan de mejora urbana de la barriada de Ibarburu, unos arreglos que tienen como objetivo principal sustituir las cañerías de uralita, las últimas que quedan en la ciudad y prohibidas por la Unión Europea.

El concejal de Obras Públicas, Francisco Rodríguez (PSOE), comentó el pasado viernes que la mejora de Ibarburu, en su primera fase, costará 1.387.000 millones de euros, de los cuales 813.000 euros los pagará la empresa metropolitana de aguas Emasesa mientras que otros 574.000 euros correrán a cargo del Consistorio.

Rodríguez explicó que la primera fase tardará un año en estar terminada y las otras dos supondrán "más o menos" el mismo tiempo y dinero. "Vamos a mejorar la estructura del barrio por completo, que será algo complicado por sus grandes dimensiones" concretó el edil.

Ibarburu es uno de los barrios obreros de la zona Sur, con 1000 casas y unos 4.000 habitantes, lo que constituye una de las barriadas más pobladas de centro histórico. Los vecinos han pedido durante tres años estas mejoras.

Así lo relató el presidente de la asociación de vecinos, José Benjumea: "Nos hemos peleado con Paco [Francisco Rodríguez] para cambiar el acerado y las cañerías de uralita que, además, la Unión Europea hace años que la prohibe", recordó.

Los arreglos consistirán en recortar 30 centímetros de ambos lados de la acera y así evitar que los coches invadan el bordillo. "La normativa municipal dice que las aceras deben tener un mínimo de 1,23 metros y se quedarán en metro y medio", declaró Benjumea, asombrado por lo que, según declaró, ha tardado el Ayuntamiento en aprobar las obras de mejora urbana.

Aunque el veterano presidente confesó que ya está acostumbrado a estar "olvidado" por las administraciones, ya que según dijo, Ibarburu ha sido siempre la última urbanización en ser atendida por los gobiernos locales.

Ya en la época Franquista, los vecinos pidieron al Ayuntamiento que se instalara agua potable en el barrio, "al final tuvimos que ser los vecinos los que pagáramos la obra, 4.200 pesetas de entonces por cada una de las 600 casas; la electricidad la pagamos poniendo 2.800 pesetas cada uno", recordó este vecino.

Benjumea se mostró resignado a que Ibarburu quede siempre en último lugar. "Pasó con Franco, con los comunistas y pasa ahora con los socialistas", criticó. Las calles que se van a arreglar eran de albero en los años 70, y no fue hasta 1979 cuando el primer alcalde democrático, Manuel Benítez (Partido Comunista), asfaltó los viarios. Este trabajo lo terminó el actual alcalde, Francisco Toscano, en los años 80.

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