Apenas dies días después de que Zapatero garantizara a Griñán que la A7 no se vería afectada por el recorte en obra pública, y pese a que la autovía no figuraba desde el principio entre las infraestructuras supuestamene afectadas, la alarma ha vuelto a saltar en el tramo Puntalón-Carchuna.
La constructora Acciona, que denunció que no podría continuar ante la morosidad de Fomento y despidió a diez obreros aunque negó que fuera a deshacerse de más, ha sellado los túneles del tramo granadino, apilado el material y ha comenzado a retirar la maquinaria.
El alcalde de Motril (Granada), Carlos Rojas (PP), -el primero en alertar del parón y los despidos-, afirmó ayer que el sellado de los túneles evidencia la "parálisis total" de la obra.
Rojas, que preside la Mancomunidad de la Costa Tropical, solicitó el pasado 24 de agosto una reunión al ministro de Fomento, José Blanco, y anunció que si no obtienen respuesta antes del 15 de septiembre, volverá a reunirse con los regidores de la zona para fijar lugar y fecha para una "movilización institucional sin precedentes" en Madrid.
Desde el PSOE, el diputado por Granada Manuel Pezzi apuntó a Acciona, a la que acusó de dar una imagen de parálisis para presionar a Fomento y perturbar de forma "torticera" la negociación sobre la fórmula de pago de ésta y otras obras pública.
Recordó que las adjudicatarias de otros tramos como FCC y Ferrovial "no están planteando ningún problema" en la continuidad de las obras. "Si no está de acuerdo con el contrato que lo rescinda y si lo está que siga adelante", le instó el diputado.
Desde el PP acusaron al PSOE de "cargar las tintas" contra la constructora para "tapar la incompetencia" de Fomento, al que acusan del parón.
