Hace casi dos años, el Ayuntamiento anunció una batería de medidas para fomentar el uso de las motos en la ciudad. Los proyectos planteaban una transformación del marco legal, una reordenación de las señalización y una respuesta a uno de los problemas de este medio en el Centro de la ciudad: los aparcamientos. En este periodo han quedado asignaturas pendientes, mientras que en otras como la señalización o los impuestos se ha avanzado sensiblemente.
Desde que se anunció este proyecto se han reordenado 70 cruces de la ciudad. En ellos se han sustituido los tradicionales pasos de peatones por dos líneas discontinuas que delimitan el espacio de paso, una medida que tiene como objetivo reducir al máximo la superficie deslizante para estos vehículos. En todos estos cruces se ha incorporado un área específica para los ciclomotores, ubicada en primera línea de los semáforos. Según indicaron desde la Delegación de Movilidad, estas medidas se han acompañado con la sustitución de la pintura por otra menos peligrosa en numerosas vías de la ciudad, una línea de actuación que se incluye entre las bases de trabajo de los proyectos de reordenación viaria del plan extraordinario de inversiones.
Apenas se ha avanzado, sin embargo, como admiten desde la Delegación de Movilidad en el proyecto de construcción de una red de aparcamientos subterráneos para las motos en el Centro. La medida fue anunciada por la Delegación de Movilidad en octubre de 2007: habilitar una serie de estacionamientos sólo para este medio de transporte. De momento, no hay proyecto alguno encima de la mesa.
No es el único extremo que ha quedado pendiente. El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, y el delegado de Movilidad, han lanzado distintas propuestas para la puesta en marcha de carriles para los ciclomotores. Se planteó una línea específica, primero, y luego ensanchar los carriles bus para los ciclomotores. Los límites siguen siendo claros: la dificultad de encajar tantos elementos en el entramado urbano de la ciudad y el reducido nivel de carriles bus: apenas diez kilómetros, ocho veces menos de los que la propia empresa de transportes Tussam requiere para su servicio, según subrayó en marzo su gerente, Carlos Arizaga.
El Ayuntamiento llegó a crear una mesa de trabajo sobre las motos que, hasta el momento, no ha conseguido que sus trabajos se materialicen en una normativa específica para este medio, que sí ha logrado un trato preferente en las ordenanzas fiscales -desde este año, las 60.000 motos con una cilindrada inferior a 125 centímetros cúbicos no pagan el impuesto de matriculación- y en la ordenanza que restringe el tráfico en el Centro, en la que tienen preferencia.
