Aunque choque a la vista, el conservador del Alcázar y las Casas Consistoriales, José María Cabeza, defiende que las tareas de mantenimiento operadas en las puertas renacentistas del Ayuntamiento no son dañinas. Y dice que en un mes adquirirán su verdadera pátina.
Habrá que esperar ese lapso de tiempo para que las tres manos de barniz que se le han dado a las dos puertas históricas que le lucen al Consistorio -y que forman parte de su decoración plateresca diseñada por Diego de Riaño en el primer tercio del siglo XVI- puedan dar realmente el tono que le es más propio, frente al garrapiñado o plastificado que hoy ofrecen a los ojos del visitante.
José María Cabeza, responsable acreditado de tantas buenas actuaciones patrimoniales desarrolladas en el Real Alcázar, ha extendido desde hace un tiempo su criterio en la conservación de la Casa Grande, razón por la que ahora, ante el controvertido aspecto que arroja una de las dos puertas intervenidas -la de los escudos de la ciudad y Carlos I de España-, ha querido defender el trabajo que se viene realizando, léase que los profesionales que lo hacen lo son y que los materiales empleados no son perniciosos para madera tan centenaria.
Para empezar, Cabeza reitera que se trata de unos trabajos de mantenimiento, no de una restauración en firme. Y acto seguido informa de que "los encargados de la obra pertenecen a una subcontrata de la empresa Bellido, la misma que trabaja en la restauración de El Salvador y es de solvencia". Con respecto a la intervención, "simplemente se ha cepillado la madera para quitarle el polvo y se ha lijado el barniz anterior. Una vez limpia, se le ha dado tres manos de barniz y aplicado un material fungicida e insecticida contra los hongos, la carcoma y las termitas. No hay más".
Con ese no hay más se refiere a que "en absoluto los operarios se han excedido en el lijado ni se han dañado los bajorrelieves", y a que "no hemos experimentado con ningún material, y por supuesto no hemos usado barniz de poliuretano, porque éste acabaría resquebrajando la madera con los rayos del sol, sino uno resistente a estos rayos, repelente al agua y transpirable". Sobre el tono resultante, esgrime que "es cuestión de estética, aunque en un mes, cuando se oree y reciba el contacto suficiente con la intemperie, adquirirá su tono habitual".
24.000 euros. El mantenimiento de las carpinterías exteriores del Ayuntamiento tiene 24.000 euros de presupuesto y comenzó el pasado verano, siendo las puertas su última fase. El conjunto suele limpiarse cada trienio, y ya lo fue en 2005. La última restauración importante, que no mantenimiento, registrada en las puertas en cuestión datan de 1903.
