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“Las redes sociales nos exponen a los manipuladores”

Espido Freire presentó ‘Los malos del cuento’ en la Biblioteca Pública.

el 22 may 2013 / 22:23 h.

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Espido FreireEspido Freire es sobre todo conocida como autora de novelas, entre las que destacan Melocotones helados, Diabulus in musica o Soria Moria, que obtuvo el premio Ateneo de Sevilla. Sin embargo, en los últimos años ha abordado también el ensayo, con títulos de marcado acento social como Mileuristas o Cuando comer es un infierno, sobre el drama de la anorexia. En esta línea aparece ahora Los malos del cuento (Ariel), subtitulado Cómo sobrevivir entre personas tóxicas, donde la autora ensaya una radiografía de la sociedad actual comparándola con los cuentos clásicos y, en concreto, con sus más pérfidos y nocivos personajes. “En este momento, me parecía importante mandar un mensaje de cierto optimismo y de cierta lucidez”, explica la autora, que presentó su libro ayer en la Biblioteca Infanta Elena de Sevilla. “Eso sí, debemos entender que es un error pensar que los cuentos siempre acaban bien, y aprender a protegernos de vampiros, madrastras, ogros y dragones”. Según contó, al iniciar su estudio Freire se llevó la sorpresa de que “había más perfiles de malvados de los que yo pensaba al principio”, y además “también me vino la reacción de pensar: ¿Y si también yo soy mala?”. Pero al poner el punto final a la obra, la escritora bilbaína no tuvo dudas: “La mayoría de la gente es buena, y salvo que ataquemos de forma agresiva sus intereses, se comporta con decencia. Pero las personas malas o dañinas tienen un efecto amplificador y duradero que las hace muy presentes”. A lo largo de más de 200 páginas, Espido Freire analiza las figuras de Drácula, el lobo de Caperucita, la Reina de las Nieves, Procusto, Medea y Dalila, Barba Azul, Caín, Narciso y Teseo, la bruja de La Sirenita, la bestia de La Bella y la Bestia y otros muchos personajes para demostrar hasta qué punto el mal se prodiga por doquier. Cuando se le pregunta si las redes sociales, con sus nuevas formas de relacionarnos, han propiciado nuevas formas de hacer el mal, responde: “Ahora tenemos acceso a muchísima gente, hasta el punto de preguntarnos cómo hacíamos antes para vivir sin facebook. Los chats, los encuentros virtuales, las redes sociales, son terreno abonado para quien crea crearse personajes, porque el contacto directo, la mirada, transmiten demasiada información. Pero lo que más se dan son los seductores a través de las palabras, por eso estas redes multiplican los riesgos de encontrarnos con manipuladores. Por suerte, es posible detectarlos: una fórmula infalible es no escuchar lo que dicen, sino lo que quieren decir”, afirma. Para Freire, los malos más terribles son por suerte los más escasos, “los psicópatas, los asesinos en serie”, aunque advierte de que a menudo no son tan fáciles de reconocer: “Hace poco ha muerto Videla: el daño que causó a través de otros no tiene comparación con el que hizo directamente, pero eso no lo libra de la culpa”, explica. En el mundillo de los escritores, en cambio, lo que abunda es “el vampiro narcisista, un rol muy artístico, porque en este gremio a menudo recibes más atención de la que mereces”. En todo caso, aunque reconoce que el suyo es “un libro duro, sin paños calientes”, asegura que “también tiene humor, de lo contrario sería imposible abordar algunos temas. Y al final quiero convencer al lector de que aquellos que quieren amargarnos la vida no lo lograrán”, apostilla.

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