El drama de la inmigración ilegal vuelve a las costas de Barbate (Cádiz). Los cuerpos de ocho personas fueron hallados en la playa tras el choque de la patera en la que viajaba con una zona rocosa a la altura del Cabo de Trafalgar. La embarcación de madera no resistió el golpe y se rompió quedando varada.
El accidente se produjo de madrugada. El aviso se dio sobre las seis de la mañana por una patrullera de la sección fiscal de la Guardia Civil. Con las primeras luces del día aparecieron cuatro cadáveres en la arena, dos hombres y dos mujeres, una de ellas podría estar embarazada. Eran los primeros datos de una tragedia que podía ir a peor porque se estimaba que en la patera viajaban entre 30 y 40 personas.
Los efectivos de la Guardia Civil, de la Policía Local y de la Cruz Roja montaron un dispositivo de búsqueda por tierra, mar y aire. Durante todo el día fueron apareciendo supervivientes, quince, de los cuales un joven de unos 20 años tuvo que ser evacuado herido de gravedad al hospital de Puerto Real para ser tratado de hipotermia e insuficiencia respiratoria al haber tragado gran cantidad de agua. El resto, entre ellos cuatro menores, fue trasladado al módulo del equipo de respuesta inmediata y emergencias de la Cruz Roja en Barbate, que dictaminó que se encontraban en buen estado de salud.
Las sospechas de que había más víctimas mortales del siniestro se vieron pronto confirmadas cuando fueron localizadas por el helicóptero de Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA) otras dos personas muertas, al parecer de origen subsahariano, aunque la mayoría procedía de Marruecos. A última hora del día apareció el séptimo fallecido. En total, cinco hombres y dos mujeres cuyos cuerpos fueron trasladados a un tanatorio de Cádiz para hacerles la autopsia.
El accidente sorprendió a sus tripulantes cuando habían superado el riesgo y las penurias que supone atravesar el Estrecho de Gibraltar en una patera de madera de unos seis metros de eslora. El testimonio de su viaje quedó plasmado en la arena de la playa de las Plumas donde aparecieron botellas de agua, galletas de chocolate, latas de conserva y botes de crema hidratante. Provisiones para un viaje que siete de ellos no llegaron a finalizar a pesar de que en este caso se quedaron a pocos metros de tierra.
La proximidad de esta desgracia a la costa española es un factor que, según el presidente de Pro Derechos Humanos (APDH) en Cádiz, Rafael Lara, debería hacer reaccionar a la sociedad española. "Hago un llamamiento contra la indiferencia porque poco a poco nos estamos acostumbrando a este tipo de tragedias mientras otras tienen toda la cobertura de los poderes públicos porque son personas del primer mundo las que pierden la vida", señaló.
Esta ONG alerta de un repunte en el número de víctimas de la inmigración ilegal en el litoral gaditano. El año pasado 15 personas murieron y este año ya se ha superado esta cifra sólo con los 18 desaparecidos hace apenas un mes a cuatro millas de Tánger en dirección a Tarifa y los que iban a bordo de la patera que llegó ayer a Barbate. APDH-A mostró su "dolor" y "solidaridad" con los fallecidos y sus familias y denunció que mientras se producen casos como éstos se inicia la tramitación de una nueva reforma de la Ley de Extranjería que, a su juicio, "es una nueva vuelta de tuerca represiva" que no impedirá la llegada de más cadáveres.
