Local

Las últimas horas en San Juan

"Por lo menos no llueve", comentaba la gente mientras recordaba la incómoda lluvia que, de forma intermitente, protagonizó los dos primeros días de la Feria de Alcalá de Guadaíra.

el 15 sep 2009 / 05:44 h.

TAGS:

"Por lo menos no llueve", comentaba la gente, vasito de rebujito en mano, mientras recordaba la incómoda lluvia que, de forma intermitente, protagonizó los dos primeros días de la Feria de Alcalá de Guadaíra. Pero eso no fue motivo para que los alcalareños dejaran el Real. Ni eso ni el calor que hizo ayer.

El fin de semana llegó al recinto ferial de San Juan con ganas, merced a los alcalareños que en los días anteriores no pudieron pisar el albero porque tenían que trabajar. Por eso ayer fue, sin lugar a dudas, la hora de los reencuentros y las comidas a destiempo.

Y es que, desde ayer, el reloj dejó de tener sentido. No hay horarios, ni toque de queda, excepto el que marca la normativa vigente, que establece el cierre de las casetas a las 6.00 horas. La única utilidad del reloj es intentar quedar con un grupo de amigos o con quien prometió como deuda esa jarra de rebujito. Y es que el horario de la feria funciona ajeno a la realidad.

noche. Desde el pasado jueves, la feria en su versión nocturna recobra el espíritu como lugar de botellona y espacio para la juventud más incansable. Incluso se habilitó un lugar para los excesos alcohólicos en un entorno privilegiado, justo al lado de la portada.

Una solución que contenta a los jóvenes, pero también a la Policía Local, que los tiene controlados, lo que, unido a las cámaras de seguridad instaladas en el real y los 200 efectivos desplazados, dan una gran sensación de tranquilidad a los feriantes.

Botellonas aparte, la feria tiene algo de especial gracias a sus casetas, que se convierten en obras de arte que recrean palacetes, casas señoriales y hasta molinos panaderos.

Ese esmero de los caseteros, según Enrique Pavón, concejal de Fiestas Mayores, "consigue que la feria sea especial para los propios alcalareños y llamativa para los visitantes". Por ello, cada año, se hace entrega de distintos galardones a las casetas mejor engalanadas. El primer premio recayó este año en Amigos del Molinete, una caseta joven con dos años de presencia en el real. Ésta se ubica en el espacio libre dejado por la antigua caseta de Eroski, que dio cabida a la entrada de cuatro nuevas.

La Fuente del Piojo fue galardonada con el segundo premio. Al contrario que Amigos del Molinete, ésta es una caseta antigua y que tiene una larga tradición en la obtención de estos galardones.

El tercer premio fue para Los Espumosos, otra de las casetas de siempre pero, que, pese a sus 21 años de vida, nunca había recibido un galardón.

Por otra parte, La Jarana consiguió un premio especial que el jurado siempre otorga a la caseta con más motivos alcalareños. Este grupo de amigos recrea una estancia con numerosos cuadros pintados por Paco Mantecón, en los que aparecen las tradiciones de la tierra, entre ellas la más arraigada: la del pan.

Fuera de las casetas, el único lugar para ir es la calle del infierno. Los padres apenas pueden poner límites a la ilusión de sus hijos, que no descansan hasta que se han montado una y otra vez en su atracción favorita.

"Vayan jugando que hoy toca seguro", anuncia un vendedor en una de la tómbolas instaladas en real. Por 10 euros pueden obtener 35 boletos y si tienen suerte, un gran regalo: una consola. En San Juan vuelven año tras año los cacharritos de siempre, tales como el Ratón Vacilón, los coches de choque o el Barco Vikingo.

En la Olla aseguran que el número de visitantes en el recinto ferial va en aumento pero que el de compradores, es decir de aquellos que se montan en la atracción, ha descendido en comparación con años anteriores.

  • 1