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Lass: una ‘granada’ de mano

Los Cármenes asistía angustiada al pase sin despeinarse de un Sevilla sin florituras. El gol en el alargue da vida a un equipo y un técnico medio muertos.

el 09 ene 2015 / 10:20 h.

El delantero del Granada Lass Bangoura celebra con Dimitri Foulquier, un gol. EFE/Miguel Ángel Molina El delantero del Granada Lass Bangoura celebra con Dimitri Foulquier, un gol. EFE/Miguel Ángel Molina La grada de Los Cármenes gritaba: “Caparrós, dimisión”, a la vez que el grupo de seguidores sevillistas trataban de defender al entrenador utrerano que tanto le dio al club hace una década. El partido iba 0-2 y existía la sensación de que el tercer gol que reventara la eliminatoria estaba a punto de caer. Iago Aspas, el mismo que recriminó a Unai Emery el hecho de no sacarlo frente al Celta (el equipo de su vida), ya que siempre son “los mismos cambios” los que ejecuta el técnico nervionense, tuvo hasta en tres ocasiones la oportunidad de cerrar un pase a cuartos de final que ahora mismo está en el aire. Sería mentir si no se dice que el Sevilla parte con claras opciones de clasificarse, pero ese gol en el alargue da vida a un Granada que puede presentarse en Nervión sin nada que perder y con un Sevilla que parece que arranca el año con el motor frío, y eso que hasta ahora ha ganado todo lo jugado en 2015. El tanto de Lass, que hacía su debut de rojiblanco tras confirmarse la cesión por parte del Rayo hace un par de días, cayó como una granada de mano. Una eliminatoria encarrilada saltó por los aires. Ya nadie le podrá quitar al conjunto sevillista la sensación de que ha tirado una ventaja casi irremontable por la borda. Deberá esforzarse a tope el próximo miércoles en el Ramón Sánchez-Pizjuán, algo contraproducente viendo el exigente calendario que tienen por delante los de Emery. Además, las piezas, como las del Belén en casa de cada uno, comienzan a desaparecer. Nico Pareja tuvo que retirarse con un pinchazo en el muslo; Krychowiak no jugará en Almería al estar sancionado; Mbia está en la Copa de África. Demasiados inconvenientes de jugadores importantes que obligan al entrenador a tirar de un fondo de armario grande, pero que no está del todo cómodo con el rol que lleva esta temporada. Deulofeu y Gameiro fueron la cara. Ambos demostraron querer un sitio en el once. El francés, más que el catalán, acepta que, de momento, ofrece menos prestaciones que Bacca. Anoche fue de los más entonados. Deulofeu es, y ahora no va a cambiar, un niño. Y como tal juega y corre sobre la hierba. Que es aprovechable, de eso no hay ninguna duda. Otra cosa es que se le encaje en un once muy encorsetado y donde los roles de cada posición están bien determinados. Ahora pasemos a la parte de atrás. Esperando que digan qué tiene Kolo, en los quince minutos que estuvo sobre el césped, volvió a demostrar que su nivel está lejos de lo que necesita el equipo. Falta en la corona del área que significó el 1-2. Quizás siempre sea él el señalado, pero tiene esa mala suerte de equivocarse en el momento menos oportuno. Mestalla espera en el horizonte. O Cornellà. Pero primero el Sevilla deberá querer su Copa en el Pizjuán.

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