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Lento expolio en la Plaza de España

Un pasamanos de dos metros es el destrozo más notable, pero faltan muchas piezas desde la rehabilitación integral de 2010.

el 07 jun 2013 / 23:00 h.

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Actos vandálicos en la Plaza de España . / Foto: José Carlos Cruz (Atese) Dos metros de baranda arrancados, pese al fuerte anclaje y a que se rellenó para dificultar el vandalismo (Fotogalería completa)   Lento, pero constante, el expolio de piezas en la Plaza de España es ya más que evidente cuando no se han cumplido ni tres años de la rehabilitación integral finalizada en 2010, que dejó reluciente el monumento tras dos años de trabajo y 9 millones de euros de inversión. El destrozo más notable han sido los dos metros de pasamanos arrancados de cuajo de una de las balaustradas de azulejos, que pudo haberse producido hace algunos meses, aunque el Ayuntamiento afirmó ayer haber tenido conocimiento la semana pasada. Pero es sólo una muestra: también faltan la mitad de los remates de los jarrones que coronan la balaustrada de mármol ocre más cercana a la ría; bordes o remates de las hornacinas de muchos de los bancos dedicados a las ciudades; y balaustres y piezas de tamaño considerable de otras zonas de la pasarela. Algunos de estos desperfectos llevan así al menos desde agosto del año pasado, cuando este periódico realizó un reportaje sobre los daños en los azulejos y fotografió algunas roturas que siguen sin arreglar, como un gran trozo del basamento de un remache de la balaustrada situado justo al lado de los dos metros de pasamanos arrancados. El Ayuntamiento de Sevilla explicó ayer que se está realizando un inventario de las piezas que faltan, que serán reparadas “a la mayor brevedad”. El Consistorio atribuye los daños a actos vandálicos o robos aunque se decanta más bien lo primero, porque las piezas carecen de valor artístico por sí solas, más allá del conjunto de la Plaza de España. El cálculo del coste del arreglo es difícil de hacer porque, tras la última reparación integral, en la que se repusieron infinidad de balaustres, azulejos, pasamanos y puentes, se guardaron algunos elementos sobrantes en un banco de piezas gracias al que podrán reponerse sin coste alguno. Las que no estén en este almacén sí tendrán que fabricarse de nuevo. Actos vandálicos en la Plaza de España . / Foto: José Carlos Cruz (Atese) La Plaza de España, el monumento estrella de la Exposición Iberoamericana que se celebró en Sevilla en 1929, estaba ayer repleta de turistas, en una jornada nubosa ideal para pasear por esta explanada abierta. La mayoría apenas percibía los daños en los bancos provinciales, la zona más visitada. Gran parte de los desperfectos se limitan a la rotura de los bordes de alguna de las hornacinas –dos en el caso de Albacete y Badajoz, una en otros bancos como los de Almería, Burgos o Cádiz–. También están afectados algunos remaches de las hornacinas: el caso más evidente es el del banco dedicado a Lugo, al que le falta el remache de uno de los anaqueles casi al completo desde hace al menos diez meses, cuando este periódico fotografió la rotura. Casi un año, tiempo en el que del cemento han podido hasta crecer pequeños brotes. En la provincia de Segovia, de la que cuatro piezas de azulejería no fueron rehechas sino sustituidas por otras de color crema para evitar mayor deterioro, también falta ahora un azulejo más, del que queda el hueco. Entre las piezas más grandes que han desaparecido está el pasamanos de uno de los dos balconcitos sobre la ría de la entrada de la plaza, el que da al sur. Los trabajadores del servicio de alquiler de barcas explicaron ayer que hace “tres o cuatro meses” que apareció destrozado, y que avisaron a la Policía Local, que se llevó parte de las piezas rotas. La empresa encontró también balaustres en el suelo en otras ocasiones y los guardó, sin que nadie se los haya reclamado, explicaban ayer estos empleados. Después del pasamanos, las piezas de mayor tamaño arrancadas son curiosamente las que menos se notan, al ser medios balaustres puestos encima de otros azulejos; al quitarlos, el azulejo de debajo permanece completo y apenas se notan los restos del cemento usado para pegarlos. De estas piezas también hay alguna rota, como una en la esquina norte del acceso principal a la plaza. Sí permanecen intactos los puentes, quizá los elementos más restaurados del monumento que diseñó el arquitecto sevillano Aníbal González para la Exposición del 29: la primera escuela taller que se creó para el arreglo de la plaza, en 1998, ya les dio un primer repaso que concluyó en 2002, pero el vandalismo volvió a hacer mella y en 2008 se retomaron los trabajos. El anterior Gobierno municipal (PSOE-IU) presentó a principios de 2009, cuando el monumento cumplía 80 años, un proyecto de rehabilitación integral dotado con 12 millones de euros, que al final se quedaron en 9. Suponía la recuperación de elementos que se habían perdido, como las farolas cerámicas, que durante años fueron sustituídas por otras de metal para evitar las costosas reparaciones. Estos trabajos abarcaban los puentes, lo que quedaba por reparar de los bancos provinciales –ya rehabilitados en parte gracias a varias escuelas taller–, las balaustradas, la baranda interior de mármol y hasta la red de agua, así como la peatonalización del entorno y la recuperación de la ría y el servicio de barcas de alquiler. En la reforma se incluyeron además medidas contra el vandalismo, como el relleno de los azulejos de las balaustradas y los puentes, que antes eran huecos y por tanto más fáciles de romper. La rehabilitación duró dos años. En la inauguración, tres generaciones de descendientes de Aníbal González pidieron a las autoridades “vigilancia y mantenimiento” para que los destrozos no se volvieran a repetir.

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