Local

Leonardo Hernández vuelve a ser el mejor de la matinal

El joven rejoneador extremeño cortó dos orejas y salió a hombros.

el 26 abr 2010 / 06:20 h.

El entrenador del Sevilla, Antonio Álvarez, da instrucciones a sus jugadores.

Ganado: Se lidiaron seis toros de Murube, reglamentariamente despuntados y de fondo manso; rajados en líneas generales. Se salvó de la quema, por más codicioso, el quinto. También se dejaron a medias tercero y sexto.

Rejoneadores:

Luis Domecq, palmas.

Rui Fernandes, silencio.

Andy Cartagena, oreja con fuerte petición de la segunda.

Sergio Galán, ovación.

Joao Moura hijo, petición y vuelta al ruedo.

Leonardo Hernández, dos orejas.

Incidencias: La plaza no llegó a llenarse por completo en mañana de nubes y claros con excelente temperatura.

Las preguntas del millón están sobre la mesa. Y no son pocas. ¿Tendrá que afrontar Leonardo Hernández la feria de 2011 como actuante escoba de la matinal de rejones? ¿Habrá sitio para él en la terna de jinetes del domingo de preferia? ¿Se romperá el viciado y manido cartel cautivo que está cerrando las puertas a los nuevos valores de la especialidad en todas las ferias de España? ¿Estará la generosidad de Pablo Hermoso de Mendoza a la altura de su alcurnia artística? ¿Seguirá paseándose Fermín Bohórquez por todos los ruedos de la piel de toro como telonero del maestro de Navarra? Pueden añadir todas las que quieran a esta lista de interrogantes que carece de respuestas convincentes.

El caso es que Leonardo Hernández volvió a imponerse contra todo y contra todos gracias a un sobrio y entregado rejoneo, a su monta de alta escuela y a unas ganas de ser que le sirvieron para imponerse al sexto ejemplar de un manso encierro de Murube del que se esperaba mucho más.

Pero a Leonardo no le importó; paró a ese sexto en los medios sin reparar en sus amagos de rajarse y lo enganchó al estribo de sus cabalgaduras en una trepidante y ajustada lidia que vivió sus mejores pasajes en las cabalgadas por todo el anillo: en el esfuerzo que supuso andar siempre por encima de la condición claudicante de un enemigo al que tuvo que consentir siempre.

Leonardo clavó con precisión, buscó toro en todas partes y abrochó su labor con tres cortas al violín y un certero rejonazo que le reportó las dos orejas. ¿Servirán para algo?

Por lo demás, Luis Domecq anduvo discreto con un toro, el primero, que resultó soso y rajado. Rui Fernandes expuso siempre con el segundo, un ejemplar de absoluta mansedumbre que no le permitió mostrarse en toda su dimensión. Mucho más brillante anduvo Cartagena, autor de una lidia alegre, profusa en piruetas, que caló en el público. A Galán le faltó contricante y Moura, con buena monta, falló clavando.

  • 1