¿Crisis? ¿Qué crisis? El mercado editorial resiste, y no sólo por el empuje de los grandes grupos: cada día nacen pequeños sellos capaces de mantenerse con dignidad y, sobre todo, publicando libros hermosos. La última de las nacidas en Sevilla se llama Metropolisiana, y promete dar muchas alegrías a los lectores.
La fórmula viene siendo recurrente: tres amigos -un diseñador, un hombre de letras y un impresor- deciden echarse a la aventura. En el caso de Metropolisiana, los conjurados fueron Antonio Álvarez, Pepe Serrallé y Manolo Ortiz. "Llevábamos tiempo queriendo hacer algo para romper la desidia", recuerda Serrallé. "Así fue tomando forma la idea de la editorial, algo que abordamos en plan muy tranquilo, para divertirnos, pero en serio: sacando libros bien hechos y en condiciones".
Primer paso: conseguir financiación. ¿Cómo? "Pidiendo ayuda a los amigos", sonríe Serrallé. "Pero para no caer en la grosería de pedir dinero, decidimos montar un sistema de venta anticipada". Al modo de otras colecciones -como la Adonais, que se sostiene gracias a sus suscriptores-, Metropolisiana diseñó una tabla de mecenazgo -véase tabla adjunta-, y la respuesta hasta la fecha ha sido espectacular.
Con estos mimbres y no poco buen humor, sólo restaba escoger los títulos que servirían de tarjeta de presentación para el proyecto. Así, en principio Metropolisiana va a desembarcar con tres colecciones: Particular, dedicada a la poesía y la narratiova; El Observatorio, que estará dedicada al ensayo; y Metropolisiana, serie divulgativa que incluirá cuadernos, desplegables, barajas y hasta calendarios.
La consigna inicial es, según sus responsables, echar mano de los amigos, y se da la circunstancia de que los metropolisianos tienen amigos que escriben francamente bien. Así, Manuel Rosal sacará el poemario Oro; Alberto Marina Castilla hará lo propio con la novela La deriva; Manuel Gregorio González presentará su ensayo El arte inútil, y Alfonso Crespo uno sobre el séptimo arte, Un cine febril (Herzog y El enigma de Kaspar Hauser). Estos títulos verán la luz, según lo previsto, en el próximo mes de marzo.
Pepe Serrallé, que ya capitaneó su propia experiencia editorial en los 80 con El Mágico Íntimo -sacando desde poemarios de Francisco Brines al primer libro de relatos de Antonio Álamo-, ve con optimismo el aparente apogeo -cualitativo y cuantitativo- que vive el mundillo editorial andaluz, con sellos veteranos como Renacimiento o más nuevos como Mono Azul, Point de Lunettes, Cangrejo Pistolero o El Olivo Azul, entre otros. "A la gente le gusta hacer libros", asegura. "Y no sólo hay un montón de editoriales, también hay mucha gente joven escribiendo bien. ¿El pasado siempre fue mejor? No lo sé, quizá entonces estaban un poco más locos y tenían la cara más dura, mientras que las nuevas generaciones son, no adocenadas, pero sí más convencionales".
En cualquier caso, la altura de la propuesta de Metropolisiana contrasta con la sencillez con que sus impulsores plantean su ambición: "Queremos pasar un buen rato", proclaman. "Hacer lo que nos apetezca, libros raros, nuevos y sorprendentes, seguramente nada correctos", apostillan.
