Lipasam ha cerrado 2009 con una deuda de 41 millones de euros y nueve millones de pérdidas. Pese a que estas cifras reflejan una situación crítica, tras estos datos hay una tendencia ascendente, y sobre todo un estricto cumplimiento del plan de estabilidad presupuestaria aprobado en 2008, cuando la empresa estuvo al borde de la quiebra. En este ejercicio el déficit ha bajado un 23% y el endeudamiento ha caído en más de 15 millones sólo en un ejercicio. La dirección de la empresa confía en cumplir así el objetivo marcado en el documento de ajuste presupuestario: empezar de cero a partir de 2011.
Para ello, el Ayuntamiento deberá incrementar en 2010 sus transferencias hasta llegar a los 100 millones de euros y se deberá continuar una política de recorte de gastos tanto en recursos materiales como humanos.
El punto de partida de este plan de saneamiento, cuyos avances fueron esbozados ayer por el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, un día después del consejo de administración es un recorte de los gastos de la empresa que había acumulado durante varios años un volumen excesivo de inversiones. Éstas se han reducido sensiblemente, al mismo tiempo que se prolongaba la vida de los vehículos y se introducían mecanismos para reducir los gastos de personal, como un plan de reducción del absentismo que ha pasado del 9,14% al 6,92% o un reajuste de los cargos directivos.
Sin que haya ninguna directriz del Gobierno local, Lipasam ha ejecutado una iniciativa que las demás empresas municipales se resisten a acometer: reducir el número de directivos. Se ha pasado de 12 a 7, y el objetivo es recortarlos justo a la mitad. Esta medida, que tiene un elevado coste a corto plazo por el pago de las indemnizaciones, tendrá sus efectos entre 2011 y 2012: se logrará un ahorro de en torno a medio millón de euros anuales.
El segundo eje son los ingresos, basado principalmente en las transferencias del Ayuntamiento, que tocarán techo en 2010 con más de 100 millones de euros. En 2009 fueron 87 millones, a los que hubo que añadir los 3,6 de ingresos propios -200.000 euros menos que el ejercicio anterior- basados en cuestiones como el reciclaje o las sanciones, que en este ejercicio se han incrementado un 11% hasta llegar a las 4.428.
Aunque tanto el alcalde como el gerente de Lipasam, Rafael Pineda, destacaron la buena marcha del plan de saneamiento, éste se ha encontrado con un escollo que aún no ha podido resolver. La Junta de Andalucía bloqueó la operación de renegociación de la deuda para pasarla del corto al largo plazo. Esta decisión fue recurrida en los tribunales por la empresa de limpieza, aunque hasta ahora los juzgados le han dado la razón a la Administración autonómica. "Hemos conseguido asumir la diferencia de estos pagos a través del ahorro de combustible, de otros recortes de gastos y de buscar las mejores ofertas en los concursos. Hemos tenido que llegar a los tribunales pero siempre hay una vía abierta entre administraciones", apuntó Rafael Pineda.
Pese a los problemas económicos, el alcalde subrayó ayer que la imagen de la empresa de limpieza sigue mejorando: "Los ciudadanos nos dan 6,8 puntos sobre diez, mientras que los turistas elevan la puntuación a 7".
