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Livni reclama a Peres comicios adelantados tras el portazo ultraortodoxo

Tal y como se esperaba, la negativa de los ultraortodoxos del Shas israelí a formar gobierno de coalición con el Kadima obligará al Gobierno a convocar elecciones anticipadas. Así lo aconsejó la presidente del Kadima, Tzipi Livni, al presidente israelí, Simon Peres.

el 15 sep 2009 / 17:25 h.

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Tal y como se esperaba, la negativa de los ultraortodoxos del Shas israelí a formar gobierno de coalición con el Kadima obligará al Gobierno a convocar elecciones anticipadas. Así lo aconsejó la presidente del Kadima, Tzipi Livni, al presidente israelí, Simon Peres.

La ministra de Asuntos Exteriores de Israel y candidata a la jefatura del Gobierno recomendó el adelanto de las elecciones ante la imposibilidad de formar un nuevo Ejecutivo. Livni aseguró: "he hecho todo lo posible" para formar un nuevo gabinete.

No obstante, precisó, "llegar a un acuerdo no es cuestión de tiempo, sino de principios e ideales".

"Si lo creyera posible [el logro de un acuerdo de gobierno], habría agotado el plazo de tiempo", dijo en alusión a que aún tenía por delante una semana para formar Ejecutivo. "No estoy dispuesta a hipotecar la estabilidad de la economía israelí", añadió.

La imposibilidad de formar un gobierno de coalición que dé estabilidad al país tras la renuncia de Olmert viene del portazo de los ultraortodoxos del partido del Shas, que se niegan a formar gobierno con Livni.

La decisión de convocar elecciones anticipadas, presumiblemente para febrero o marzo, queda ahora en manos de Peres, que tiene de plazo tres días para consultar la decisión con los 13 partidos representados en el Parlamento israelí.

El análisis . En esta coyuntura, la presidenta del partido gobernante Kadima, Tzipi Livni, se verá obligada a jugarse el cargo de primer ministro de Israel en unas elecciones anticipadas, frente a dos zorros políticos como Benjamín Netanyahu y Ehud Barak y con pronósticos que no parecen favorecerle.

Livni, a quien hace un mes se daba como virtual primera ministra, dijo ayer ante sus asesores que está "harta de extorsiones". "Veremos a todos estos héroes dentro de 90 días", advirtió la todavía ministra de Asuntos Exteriores, en una pose de desafío ante la falta de apoyos suficientes para liderar un nuevo Ejecutivo. La gota que colmó su paciencia fueron los desaíres del partido ultraortodoxo Shas, que durante cuatro semanas negoció con ella unos términos predeterminados para después retirarse de las conversaciones por no obtener lo que desde el principio no estaba sobre la mesa.

Y no hablan los expertos precisamente de la partida presupuestaria que los ultraortodoxos exigían para las familias numerosas que forman el grueso de su electorado -la diferencia era de unos 100 millones de dólares-, sino del estatus de Jerusalén. "Ellos sabían desde un principio que Livni no se comprometería a no hablar de Jerusalén en las negociaciones con los palestinos y, si era así, no tendrían siquiera que haber entrado a negociar con Kadima y perder el tiempo", se quejó una fuente de este partido.

Sin verdaderas posibilidades de encontrar a un sustituto para los ultraortodoxos sefardíes y consolidar una nueva coalición en un Parlamento fragmentado entre 13 formaciones (la mayor de ellas con sólo 29 diputados), Livni se enfrentará así a un duelo electoral de resultados impredecibles con dos ex primeros ministros.

Medios locales aventuran que el líder del Shas, Eli Yishai, podría haber cerrado un trato con el conservador del Likud Benjamin Netanyahu mientras negociaba con el Kadima, por el que no sólo garantizaría la indivisibilidad de Jerusalén, sino también el doble de lo que ofrecía Livni a las familias numerosas.

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