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"Lo peor es la falta de información"

Los pasajeros pasaron la mañana esperando en San Pablo.

el 11 may 2010 / 05:12 h.

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Las colas de gente son las protagonistas de la mañana en el aeropuerto de San Pablo.

Sevilla-Barcelona, salida a las 9.00 horas. Cancelado. Sevilla-París, salida a las 9.00 horas. Cancelado... Y así hasta 116 vuelos tuvieron que ser suspendidos a causa de la evolución de la nube de cenizas procedentes del volcán islandés Eyjafjalla.

Tal y como sucediera hace casi un mes cuando el cierre del espacio aéreo afectó prácticamente a toda Europa, los viajeros se acumulaban en la mañana de ayer en el aeropuerto sevillano, que permaneció cerrado junto al de un puñado más de ciudades andaluzas y españolas.

Pese a que la noticia se conocía desde la noche del lunes, eran numerosos los viajeros que acudieron en la mañana de ayer al aeropuerto de San Pablo donde un escueto mensaje de megafonía les daba la última hora, al igual que la intermitente señal de Cancelado/Canceled, en el panel de anuncio de salidas.

"Podía haber pasado otro día, la verdad", se lamentaba Carmen Fernández, una joven cuyo destino era Ibiza y que desconocía la noticia hasta que atravesó las puertas de San Pablo. Junto a ella, muchos que, aunque ya conocían que sus vuelos no saldrían, acudían en busca de una solución. Pocas son las opciones, ya que la mayoría de compañías aéreas ofrecen el reembolso del dinero o el cambio para otra fecha, nunca para el mismo día.

Y es aquí donde la rumorología comienza a hacer acto de presencia. "Nos han dicho que a lo mejor abrían a las seis -posteriormente el aeropuerto volvería a operar en torno a las 19.30 horas- pero nadie te asegura nada", comentaba Ana Rodríguez, que junto a dos amigas relataba: "Tenemos que ir a Milan sí o sí".

Por eso, decidieron unirse a un joven italiano que les propuso hacer el viaje en autobús. 100 euros y unas 26 horas de viaje, "pero por lo menos nos aseguramos que llegamos", afirmaban con resignación.

También reclamaba alternativas Gelen Frendes, que tenía pensado viajar a Venecia a impartir una conferencia. "Yo entiendo las razones de este cierre, son obvias, pero no la falta de información", denunciaba esta viajera, que se quejaba también de las largas colas para reclamar sobre los billetes.

Algo más comprensiva se mostraba María Gómez, para la que "no es posible tener a un equipo de gente grande trabajando las 24 horas del día por si esto pasa. Es normal que haya un solo puesto y cuando esto ocurre se colapse".
De este modo, pese a que durante buena parte del día no salieron ni llegaron aviones, el aeropuerto sí tuvo un movimiento notable a medida que los pasajeros se acumulaban.


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