Local

Los 22.000 profesores sin plaza fija obtendrán destino definitivo

Educación eliminará los puestos provisionales de funcionarios para estabilizar las plantillas en los colegios, y se incentivará a los docentes que no camben de centro voluntariamente.

el 19 sep 2010 / 19:01 h.

TAGS:

El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ayer en un foro educativo del PSOE-A.

La Junta planea eliminar todos los destinos provisionales del sistema escolar y convertirlos en puestos definitivos. La idea de la Consejería de Educación es sacar todas las plazas, por primera vez, a concurso general de traslados, para que los 22.000 funcionarios sin plaza fija que existen obtengan un destino permanente y no tengan que cambiar forzosamente de centro cada año. La constante rotación de profesores perjudica la calidad de la enseñanza: impide consolidar proyectos educativos duraderos e interrumpe el proceso de aprendizaje del alumno al cambiarle de maestro y tutor cada curso.

Sin embargo, la inestabilidad de las plantillas no se debe sólo a los traslados forzosos, sino a los cambios de centros voluntarios. El año pasado, por ejemplo, hubo 38.000 profesores que pidieron un traslado: 22.000 provisionales por obligación y 16.000 definitivos que buscaban un destino mejor. Hay colegios donde más del 50% de la plantilla se renueva cada año: los alumnos de Primaria cambian de maestro de un curso para otro, y a veces terminan la etapa habiendo recibido clases de más docentes que un estudiante de la ESO. Esto ocurre sobre todo en escuelas rurales y en colegios de barrios desfavorecidos donde la rotación es mayor. En cuanto se convoca concurso de traslados -uno al año-, esos maestros piden otro destino. A lo largo de su vida profesional, un docente puede haber pasado por 10 o 15 escuelas distintas, y la Junta quiere limitar esa cifra.

El plan de estabilidad de Educación tiene tres fases: la primera es consolidar grupos estables de alumnos -que un colegio tenga siempre el mismo número de maestros-; la segunda sería estabilizar a profesores con nombre y apellido (dar destino definitivo a los provisionales) y la tercera y más compleja es lograr que los docentes permanezcan el máximo tiempo posible en el colegio que le asignen. Para convencerles, la consejería baraja "dar más puntos a los docentes que no cambien de colegio y se impliquen con un proyecto específico".

Fase 1: plantillas estables. Los colegios no tienen la misma plantilla de profesores todos los años, porque una parte tiene plaza definitiva, pero otra la componen funcionarios con destino provisional obligados a cambiar de centro cada curso. Hay más de 22.000 profesores sin plaza fija -12.000 de Primaria y 10.000 de la ESO-. Ninguno sabe seguro en qué colegio enseñará el año que viene, porque su puesto está condicionado por los vaivenes de la escolarización. Si cae la demanda en un barrio, la consejería retira las plazas provisionales que tiene asignadas a esa zona, y envía al profesor a otra parte. Esto tiene consecuencias negativas: que el docente no puede planificar un proyecto a largo plazo, que el equipo estable de maestros no puede contar con él para integrarle en el plan de centro y que sus alumnos no pueden adaptarse a su metodología, porque en el curso siguiente será distinta.Pero desde hace 30 años las plazas de funcionarios provisionales son una necesidad del sistema, una especie de maestros en la recámara. Existen porque nunca se puede saber seguro cuál será el comportamiento de la escolarización en cada rincón de la geografía andaluza. Hasta ahora.

Educación maneja un histórico del comportamiento de la escolarización por barrios y ciudades de los últimos 20 años. Según el texto, "el 85% de colegios andaluces apenas varía su estructura de un año para otro". Ni pierden ni ganan alumnado de forma significativa, así que no tiene sentido que haya profesores provisionales porque cada curso escolar demuestra que en esas escuelas siempre serán necesarios los mismos, así que la solución es hacerlos a todos definitivos. En la jerga docente, todo este proceso supondría la convergencia entre la plantilla orgánica (definitiva) y la de funcionamiento (provisional).

Fase 2: plazas a concurso. La consejería y los principales sindicatos de enseñanza ya han creado un grupo de trabajo para consensuar la fórmula que permita hacer permanentes las plantillas. El plan cambiará la gestión de recursos humanos de Educación al completo, pero se aplicará de forma progresiva. Se empezarán a consolidar las plazas provisionales el próximo curso en centros seleccionados. "No podemos consolidar las plazas del 85% de colegios de una tacada", dicen.¿Cómo lo harán? Educación sacará a concurso todas las plazas provisionales, pero también todos los puestos de perfil específico (estos exigen requisitos especiales, como idiomas o experiencia concreta en un campo, y hasta ahora se asignaban al margen de una convocatoria pública).

Fase 3: incentivos. Una vez que todo funcionario docente tenga destino fijo, lo siguiente es lograr que no abandonen los colegios "donde nadie quiere trabajar": pueblos, zonas rurales, barrios difíciles... La consejería pretende incentivar con más puntos al profesor que menos se mude. Pero no puede regular esto sin el visto bueno del Ministerio de Educación, que justo ahora elabora el nuevo Real Decreto de traslados.

La Junta ha pedido al Gobierno que incluya en esa ley "un mecanismo para compensar al profesor que más tiempo permanece en un destino". Por ejemplo, si el baremo general de traslados establece que por un año de permanencia, el docente obtiene dos puntos, el incentivo andaluz sería darle tres puntos por año, siempre que el profesor se quede 10 años en el mismo centro. Los puntos se le entregarían al final de la década para garantizar su fidelidad y al profesor quizá le compensaría estar a 100 kilómetros de Sevilla, porque al cabo de 10 años habría ganado más puntos y no habría rotado tanto.

  • 1